Hoy comienzan los campeonatos olímpicos de vela, pero no será hasta mañana por la mañana cuando los representantes vascos entren en competición. Los regatistas Xabier Fernández e Iker Martínez, que participan en la modalidad 49er, comenzarán sus Juegos en Qingdao, en una jornada en la que celebrarán tres regatas previsiblemente a partir de las 7.00 en Euskal Herria. Eso sí, cabe recordar que las pruebas de vela varían su horario adaptándose a las condiciones climatológicas.

Según aclararon antes de partir a China, los regatistas vascos esperan que si se dan las condiciones meteorológicas previstas de poco viento navegarán en «una regata bastante abierta», ya que al esperarse una prueba «específica por el viento flojo» que se predice, 8 ó 10 embarcaciones pueden ser capaces de prepararse para luchar por las medallas. En cambio, según los guipuzcoanos de 31 años, los candidatos a medalla podrían reducirse a la mitad si las condiciones metereológicas variasen a lo largo de la semana de competición, algo que les podría favorecer: «Podemos ser buenos en todo tipo de condiciones, y excepcionales cuando en competición se dan todas las conciciones». Así, tras su victoria en la Semana de Kiel (Alemania), donde tras cuajar una gran actuación volvieron a comandar la clasificación de la Federación Internacional de Vela (ISAF) tras cinco años sin hacerlo, Xabi e Iker se presentan como serios candidatos a lo que sería su segundo oro olímpico en el 49er.

Problemático campo de regateo

Según los regatistas, que navegan juntos desde el año 1998, el campo de regateo de Qingdao es «totalmente diferente» al que se encontraron en Atenas, por lo que debido al hecho de que haya «poco viento, mucha corriente y bastante mar de fondo» han tenido que cambiar su preparación y bajar de peso entre 10 y 15 kilos cada uno, además de «optimizar el barco al escenario».

Aún así, una de las mayores preocupaciones de los regatistas eran los 23.000 metros cuadrados de algas que había en el campo de regateo situado en el Mar Amarillo, problema que gracias a la labor de 2.000 barcos y 10.000 voluntarios en tierra se está solventando, aunque por desgracia haya aparecido un buen número de medusas.

Los organizadores creen que no habrá que suspender ninguna competición a pesar de que el miércoles se tuvieron que anular todos los entrenamientos oficiales de las clases Yngling y Finn por falta de viento, que no llegaba al mínimo establecido de 2,5 m/s.