El gran premio de la IV edición del concurso de quesos de Andra Mari de Araia fue a parar a Idiazabal, ya que fue la asociación Aranburu, de esta localidad, la que convenció al jurado con un manjar elaborado con leche cruda de oveja latxa. La asociación se embolsó 300 euros a modo de premio, además de la txapela y el trofeo correspondientes. El segundo puesto también acabó en Gipuzkoa, exactamente en Zaldibia, de donde es natural Joseba Insausti. Obtuvo 200 euros y otro trofeo.

Con el fin de premiar a los pastores del entorno alavés, todos los años se reparte además el premio Asparrena, un trofeo que ayer fue logrado por el queso que presentó el vecino de Egino S.A.T. Olano.

Pese a que sólo pudieron ser tres los vencedores, hubo nada menos que 35 participantes en esta VI edición del concurso.

Aunque el queso sea la estrella del Artzai Eguna araiarra, no fue, ni mucho menos, el único entretenimiento que pudieron encontrar todas aquellas personas que se acercaron ayer a las faldas del Aratz.

Jornada «exitosa»

El mal tiempo intentó aguar la fiesta por la mañana y obstaculizó el montaje de las instalaciones. Sin embargo, a partir de la media mañana la lluvia cesó y todas la actividades previstas para la jornada se pudieron llevar a cabo. Sus organizadores, además, aseguraron que fue «muchísima» la gente que acudió al Artzai Eguna y calificaron la jornada de «exitosa».

A las diez de la mañana, las primeras dianas protagonizadas por los sonidos del txistu, la alboka y la trikitixa anunciaron la apertura al público de la feria de artesanía. Más de cuarenta puestos, en los que se podían ver y comprar todo tipo de productos, abrieron entonces sus puertas.

La semifinal del campeonato de Euskal Herria de aizkolaris también fue otro de los actos que concitó la atención.

Como no podía ser de otra manera, la oferta gastronómica no faltó. A las 11.45, una vez finalizada la misa en la Ermita de Andra Mari, una degustación de queso sirvió para abrir el apetito, y una hora más tarde se celebró la tradicional comida popular que fue amenizada por bertsolaris. Después del café, a las 18.00, el protagonismo fue para los perros pastor, ya que se celebraba su campeonato.

El momento más emotivo, sin embargo, fue el homenaje realizado en honor a Santos López. Vecino de San Roman, es hijo y nieto de pastores, y a sus 88 años de edad cuida aún de su rebaño de ovejas. Los vecinos de Araia agradecieron su labor incesante.

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