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Vuelta a españa

Paolo Bettini desenvaina en el duro final toledano

Chavanel se sitúa líder y Valderde obtiene catorce segundos de renta sobre el resto de favoritos

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Imanol INTZIARTE | DONOSTIA

Los organizadores de la Vuelta diseñaron una llegada a Toledo muy dura. Igual que las espadas forjadas en la ciudad desde hace siglos. Hacian falta unas piernas del mejor acero, y al mismo tiempo flexibles, para llegar a la recta final tras haber superado unos últimos kilómetros plagados de obstáculos.

No son muchos los hombres con las cualidades necesarias para alzarse victoriosos en este tipo de batallas. Uno de ellos es Paolo Bettini (Quick Step). El italiano, vigente campeón del mundo, se impuso en la línea de meta a los otros dos únicos ciclistas que avistaron la pancarta con opciones. El Grillo ya suma victorias parciales en cuatro ediciones consecutivas de la Vuelta.

Segundo fue el valón Philippe Gilbert (Française de Jeux), mientras que el tercer puesto fue para Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne), metal surgido de la misma veta que el transalpino. Como premio de consolación, el murciano rascó catorce segundos -seis en meta más ocho de bonificación-, al resto de favoritos.

Con el beneplácito del Astana

La etapa trajo otras novedades en la general. Sylvain Chavanel (Cofidis) llegará a la montaña vistiendo el maillot oro. Se lo arrebató a Leipheimer (Astana) gracias a los doce segundos de bonificación que arañó durante la etapa, y es el primer francés que ocupa esta posición de privilegio desde que Jacky Durand lo hiciera en 1999.

A Alberto Contador, líder del Astana, no le preocupó en exceso la pérdida del liderato. «A ver si el Cofidis tira en la primera etapa de montaña para defender el jersey oro y nos quita a nosotros un poco del marrón», apuntó el madrileño.

En los 150 kilómetros de recorrido, el pelotón apretó el acelerador, quizá para no perder el tren que le iba a trasladar hasta Lleida. No faltaron los valientes, con un trío de escapados entre los que estaba el vasco Iban Mayoz (Galicia). Se fugaron en el kilómetro 5 y aguantaron hasta que faltaban 50 para el final.

El verdadero baile llegó en los seis últimos kilómetros, con el Cerro de los Palos, repecho no puntuable, partiendo el pelotón en mil pedazos. Hubo quien trató de sacar provecho, pero el Caisse se esmeró en poner orden para facilitar el trabajo de Valverde.

Lo hicieron bien, pero Bettini fue mejor. Hoy toca jornada de descanso y mañana comienzan los Pirineos. Es la hora de los escaladores.

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