El desplome de una mina ilegal dejó el lunes un saldo de 56 muertos y cientos de desaparecidos en el norte de China.

Un millar de policías, bomberos y voluntarios se afanaban en retirar los escombros y buscar víctimas y supervivientes enterrados en un valle de la provincia de Shanxi, donde son numerosas las minas de carbón y mineral.

Bajo una lluvia incesante, los equipos de socorro sondeaban el suelo con largas barras de hierro.

Según la televisión central CCTV, «varios centenares de personas siguen desaparecidas» tras el desplome, registrado a primera hora del lunes y que se llevó por delante casas, un edificio de oficinas y un mercado de la pequeña localidad de Taoshi. «Es terrible, la ola de piedra y escombros mide al menos siete metros», narró un obrero inmigrante, Wei Guanghui.

Las autoridades han acusado a los responsables de la mina ilegal. Según las primeras investigaciones, «la mina de Tashan operaba ilegalmente y los residuos mineros sobrepasaban la capacidad de almacenaje».

Varios responsables locales, incluido el secretario del Partido Comunista y el responsable de la Administración de Seguridad Laboral, han sido destituidos.

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