La situación de los presos políticos vascos de nuevo ha sido noticia recientemente, entre otros motivos por la reciente huelga de hambre y sed protagonizada por Juan Jose Rego, quien encarna las penosas condiciones de los presos enfermos, así como por las medidas anunciadas por el Gobierno español con el fin de alargar el castigo a los prisioneros vascos tras su salida de prisión. Hoy GARA ofrece una entrevista con el ex preso labortano Daniel Dergi, el cual abandonó la prisión de Clairvaux el pasado marzo pero se encuentra alejado a mil kilómetros de Hiriburu, su localidad, a la que no podrá regresar hasta dentro de diez años, por orden judicial. En esa situación de «nuevo deportado» se encuentra también el ex preso baigorriarra Filipe Bidart. Ambos recuperaron una pretendida libertad que en realidad no es tal, sino una prolongación de la pena impuesta, una medida que obedece a criterios puramente políticos, como el propio Dergi explica. Ésa y otras medidas adoptadas por los estados contra los presos políticos vascos obedece a la imposibilidad de hacer desaparecer la identidad política de los militantes abertzales. Dergi no renuncia a esa identidad y referencialidad, como muestra su análisis de la situación política vasca, y en concreto de la propuesta de autonomía política para Ipar Euskal Herria que, en su opinión, proporciona un lugar común a los abertzales.