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Derrota en Huesca

Un descalabro en toda regla

El Eibar de las dos primeras jornadas no apareció en El Alcoraz, lo que le valió un duro castigo. Los armeros cosecharon su primera derrota liguera ante un Huesca que sentenció en los diez primeros minutos pero que fue superior a lo largo de todo el partido.

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HUESCA 2

EIBAR 0

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Ni victoria, ni goles, ni racha, ni puntos, ni juego, ni nada. El Eibar naufragó en Huesca y cosechó su primera derrota en esta Liga. Con total merecimiento, porque el equipo que tanto había gustado en las dos primeras jornadas brilló por su ausencia.

Tomó su relevo un Huesca que proporcionó a los armeros su propia medicina. Anticipación, trabajo, presión asfixiante y la inspiración de un par de jugadores permitieron a los oscenses dominar el encuentro de principio a fin. También la fortuna, que el equipo de Antonio Calderón buscó desde el pitido inicial y encontró casi de inmediato. Tanto que para cuando se cumplió el minuto diez el partido ya estaba sentenciado.

Se demostró, de paso, que un mayor número de zagueros no equivale a una mejor defensa. Cinco había ayer en el revolucionario once de Carlos Pouso, que ya había advertido de que, en su caso, iba a resultar difícil hablar de un once «de gala». Así, pese al buen papel de los armeros en las dos primeras jornadas de Liga, el once que saltó a El Alcoraz presentaba cinco caras nuevas -Txiki, Alaña, Carmelo, Germán Beltrán y Carlos Rubén-, y un cambio de sistema, pasando un jugador del centro del campo a la línea defensiva.

El Huesca sólo necesitó diez minutos para echar abajo el planteamiento. En el cinco, Rubén Castro driblaba a dos rivales para marcar el primer gol con un balón ajustado al palo; y cuatro después, en un despiste de la zaga eibarresa, el propio Rubén Castro entraba en el área por la derecha para superar a Zigor antes de que Roberto, en última instancia, cabecease a gol.

La escuadra aragonesa, lejos de echarse atrás, no dejó de buscar el tercero hasta el descanso. Y el Eibar, lejos de reaccionar, se resignó a sufrir en un partido en el que lo hizo mal con y sin balón. Su rival le pilló descolocado en demasiadas ocasiones, algo que fue incapaz de imitar. Las condiciones tampoco ayudaron. El fuerte viento soplaba para todos pero, lógicamente, perjudicó más al equipo que necesitaba continuidad y ritmo.

Goles anulados

Sutil saltó al campo en la reanudación y, aunque no llegó a revolucionar el partido, le dio otro aire al equipo y dejó al rival con un jugador menos, después de que Edu Roldán viese dos amarillas en sus intentos por frenar al extremo andaluz.

Pero ni aunque hubiesen expulsado a cinco rivales más habría podido remontar el Eibar. De hecho, un minuto antes y un minuto después de la expulsión del ex azulgrana, al Huesca le anularon dos goles por sendos fuera de juego en los que, pese a la ilegalidad de la acción, había vuelto a sacar los colores a los guipuzcoanos.

Sólo en la recta final del choque, ante un anfitrión que por fin empezaba a acusar el desgaste, consiguió dar el Eibar la impresión de que era capaz de cambiar el sino del partido. Pero ni el tiempo, ni el acierto y ni siquiera el juego fueron suficientes para conseguirlo.

Pouso: «Hay que levantarse rápido»

Aunque reconoció que el viento no había ayudado, Carlos Pouso tampoco buscó «excusas fáciles» por la derrota, de la que se declaró primer responsable.

«Mis chavales se han vaciado -defendió el técnico- y no les puedo achacar nada, así que quizá lo equivocado ha sido mi planteamiento».

Pouso, además, subrayaba que también «hay que dar mérito al contrario, que ha estado acertado en los primeros minutos y luego ha estado bien, muy solvente en defensa». Todo lo contrario de su equipo, que tuvo «tiempo suficiente para reaccionar, pero no lo hemos conseguido. Con el 2-0 lo hemos intentado, hemos abierto el campo, hemos tenido la pelota... Pero no lo hemos conseguido y el viento tampoco nos ha ayudado». De todos modoso, el entrenador vizcaino reconocía que «ni hemos defendido bien, ni les hemos hecho daño con balón».

Pese al mazazo, Pouso apostó por pasar página. «Cuando te caes, o te tiran, lo que hay que hacer es levantarse rápido para que no te pase todo el pelotón. Así que desde el lunes a preparar el partido contra el Celta».

A.U.L.

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