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CRÓNICA Salud laboral

La vuelta al trabajo nos devuelve el estrés, una patología que afecta a la salud

El estrés es uno de los problemas de salud que padecen los trabajadores en la Unión Europea. Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, afecta al 22% de la población ocupada europea y genera un coste anual de 20.000 millones de euros.

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Juanjo BASTERRA

La vuelta al trabajo supone reencontrarse con la dura realidad y, por lo tanto, con los problemas que genera para nuestra salud debido a que en una parte importante de las empresas, más de cuatro de cada diez, ni se ha formalizado la evaluación de riesgos ni se ponen las medidas preventivas adecuadas. El estrés es uno de los problemas que, a vuelta de vacaciones, llama a nuestra actividad.

La patronal navarra CEN ha elaborado un informe sobre «el estrés laboral como factor desencadenante de problemas de salud». A su juicio, «el estrés se produce por la mala adecuación entre la persona y su trabajo, por los conflictos entre nuestros roles en el trabajo y fuera de él y por no tener un nivel razonable de control de nuestro propio trabajo y de nuestra propia vida».

La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que tiene su sede en Bilbo, señala que el impacto del estrés laboral es «de los principales problemas para la salud y la seguridad a los que se enfrenta Europa». Un 22% de los trabajadores está afectado por el estrés y entre el 50% y el 60% de las bajas laborales están relacionadas con esa patología. «Representa un enorme coste tanto en sufrimiento humano como en perjuicios económicos», dice la Agencia Europea.

Tras el descanso vacacional se debe retomar en los centros de trabajo un nivel de alerta que mejore el nivel de seguridad y salud. En este caso, la agencia que dirige Jukka Takala reconoce que el estrés será una enfermedad profesional que irá en aumento. Entre las razones que cita para llegar a esa conclusión se encuentran varias como que «el mundo del trabajo, en constante evolución, impone cada vez mayores demandas a los trabajadores debido a la racionalización y la externalización, la creciente necesidad de flexibilidad de las funciones y cualificaciones, el aumento de los contratos temporales, la creciente inseguridad en el trabajo y la intensificación de éste, que supone una mayor carga de trabajo y más presión, y el desequilibrio entre la vida laboral y familiar».

Los expertos europeos reconocen en el informe que el estrés puede desembocar en otras enfermedades, tanto en el trabajo como en el hogar, pero «puede poner en peligro la seguridad en el lugar de trabajo y contribuir a otros problemas de salud laboral, como los trastornos muculoesqueléticos».

Por ello, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo recuerda a los empresarios que «la reducción del estrés laboral y los riesgos sicosociales en los centros de trabajo no es sólo una obligación moral, sino también un imperativo legal». Además del daño a la salud para los trabajadores se produce también una importante merma económica, dado que el estrés laboral es el causante de una pérdida anual de 20.000 millones de la UE de los Quince, según los datos de 2005 de la Agencia Europea.

El informe de la patronal navarra describe los efectos y consecuencias del estrés de forma exhaustiva. Sitúa las causas en el «trabajo a ritmo rápido, la presión de tiempo; la falta de control, la baja participación en las decisiones, el poco a apoyo de colegas o supervisores, el pobre desarrollo de carrera, la inseguridad laboral, muchas horas de trabajo, salarios bajos y, entre otras, acoso sexual y sicológico».

A la vez reconoce que genera numerosas consecuencias sobre la actividad del trabajador. Entre ellas destaca el aumento del ritmo cardíaco, de la presión sanguínea y de la tensión muscular. También cita las reacciones emocionales como el miedo , la irritabilidad, el humor depresivo, la ansiedad, el enojo y la motivación disminuida. A lo que se debe añadir «la atención disminuida, la reducción del campo de percepción, los olvidos y, entre otros muchos casos, el pensamiento menos efectivo».

En el estudio se reconoce la necesidad de realizar la evaluación de riesgos para controlar y saber anticiparse a este problema. Sin embargo, en la práctica los empresarios no adoptan una actitud activa para reducir la existencia del estrés en los centros de trabajo, más bien es al contrario, lo que genera más riesgos para el trabajador.

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