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El mundo segśn Goebbels

«The Boy in The Stripper Pyjamas»

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KRITIKAK

Mikel INSAUSTI

Si la concisión utilizada por John Boyne en su libro es admirable, otro tanto se puede decir de la jugosa adaptación cinematográfica de Mark Herman, que sabe ir directamente al grano sin perderse en ilustraciones innecesarias. El mayor reto que tenía la película era atreverse con el duro y trágico desenlace, algo que no suele gustar en el cine comercial basado en novelas millonarias en ventas. Y, por increíble que parezca, el impacto que causa el final en la pantalla no es menor que el provocado por la lectura del último capítulo, lo que supone un mérito añadido por la desventaja con respecto al texto original de la perdida del efecto sorpresa. En la sala oscura me ha dado la impresión de que ese sobrecogedor clímax se debe sobre todo al talento musical del compositor James Horner, que consigue un nivel de emoción incontenible mediante un desbordante crescendo orquestal al que sigue un fulminante silencio en seco. La sensación al termino de la proyección es desoladora, pero antes de llegar a ese punto crítico se nos han ofrecido tantos elementos de reflexión que uno no se va del cine de vacío.

«El niño con el pijama de rayas», según Mark Herman, expone muy bien a los espectadores los aspectos más discutidos previamente por los lectores. Me refiero a la candorosa ingenuidad del pequeño protagonista y de su madre, equiparable al fanatismo del padre y de la hermana. La proyección del documental de propaganda al más puro estilo Goebbels aporta respaldo gráfico a los argumentos del autor, con imágenes que muestran la vida en Auschwitz como en un campo de trabajo veraniego. Lo único simbólico es la alambrada, en cuanto línea indefinida que separa de forma ambigua e intercambiable el bien y el mal, porque todo lo demás es real. Quienes crecieron en la posguerra con los tebeos de «Hazañas bélicas» conocen el modo en que la guerra se inculcaba como un acto de heroísmo patriótico, y nadie duda a los ocho años de la palabra y del consejo divinos de su idealizado progenitor.

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