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Crónica | Salud laboral

La inestabilidad en el empleo afecta a la salud y la seguridad del trabajador

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe en el que indica que «las desigualdades sociales están produciendo la muerte de miles de personas y trabajadores». En referencia al trabajo, confirma que «la inestabilidad en el empleo afecta a la seguridad y la salud del trabajador». Por lo que recomienda «prácticas justas en materia de empleo y trabajo digno»

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Juanjo BASTERRA

El informe «Subsanar las desigualdades en una generación» es contundente en cuanto a que determina que la falta de salud supone un grave problema de «desigualdad social». Mayor efecto negativo tiene en los países en vías de desarrollo que en los más avanzados. Aunque la gravedad es similar, la OMS recuerda que en los países industrializados va en «fuerte aumento» la inestabilidad laboral por las nuevas maneras que se imponen en el trabajo que «están perjudicando a la salud de los trabajadores».

En momentos de crisis económica como la actual, la calidad del empleo se reduce, por lo que la temporalidad y la precariedad cobra más fuerza. Es por ello que la OMS insiste en que la salud es un derecho de todas las personas y, por lo tanto, los empresarios deben garantizar la seguridad y la salud de sus empleados, porque lo fija la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, pero porque es un derecho reconocido a nivel mundial

Varias son las medidas efectivas para avanzar en la calidad de vida en el trabajo, según el informe del organismo internacional. «Mediante la aplicación de prácticas justas en el empleo y el respeto de condiciones de trabajo dignas, los poderes públicos, los empleadores y los trabajadores pueden contribuir a erradicar la pobreza, mitigar las desigualdades sociales, reducir la exposición a los riesgos físicos y sicosociales, y aumentar las oportunidades de gozar de salud y bienestar». La OMS reconoce que una mano de obra «que tenga buena salud es más productiva».

Trabajo digno

La organización integrada en las Naciones Unidas solicita «convertir el pleno empleo, la equidad en materia de empleo y el trabajo digno en objetivos esenciales de las políticas socioeconómicas nacionales e internacionales». Para la OMS esos objetivos deben ser «parte integrante de los programas políticos y las estrategias de desarrollo: los trabajadores han de estar mejor representados en los procesos de elaboración de políticas, legislación y programas de empleo y trabajo».

Para alcanzar la equidad sanitaria -como indica la organización de la ONU- «hace falta que el empleo sea seguro, sin peligros y bien remunerado, que haya posibilidades de empleo a lo largo de todo el año y que exista un equilibrio justo entre vida profesional y vida privada para todos». De esta manera la OMS exige que «se ofrezcan a los hombres y a las mujeres empleos de calidad suficientemente remunerados, teniendo en cuenta el coste real y actual de una vida sana». Y asegura que «se deben mejorar las condiciones de todos los trabajadores para que estén menos expuestos a riesgos físicos, estrés laboral y conductas perjudiciales para la salud».

Flexibilidad laboral

«Se considera que la mano de obra flexible beneficia la competitividad económica, pero ello repercute en la salud», precisa el amplio estudio. La OMS señala que los diferentes informes muestran que la mortalidad laboral entre los trabajadores temporales es «considera- blemente mayor que entre los fijos» y añade que «la precariedad laboral que percibe el trabajador tiene importantes efectos perjudiciales para su salud física y mental».

Cita directamente que «el estrés laboral está relacionado con el 50% de las cardiopatías coronarias. Los datos de que dispone demuestran, según la OMS, que los trabajos con un nivel de exigencia elevado, la falta de control y el hecho de que el esfuerzo realizado no se vea sufi- cientemente recompesando, son factores de riesgo que pueden desembocar en problemas de salud física y mental».

Aporta una serie de datos en los que se indica que «la prevalencia de los problemas de salud entre trabajadores manuales» en el Estado español son cinco veces inferiores entre los fijos (5%) que entre quienes no tienen contrato de trabajo (27%) o de casi cuatro veces entre quienes se encuentran dentro de la precariedad (18%). Entre las mujeres, ese porcentaje de problemas de salud mental llegan al 12% de las fijas, al 32% de la población ocupada femenina sin contrato y al 28%, entre las contratadas de forma precaria.

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