La forma en la que al Alavés se le escapó una victoria que parecía tener asegurada sigue escociendo en Gasteiz. Han sido varios los análisis que se han hecho desde el sábado, hablándose del bajón físico de algunos jugadores o del acierto o desacierto de Salmerón en los cambios. Ayer Javi Guerra no tuvo reparos en reconocer públicamente que el equipo se relajó por ver la victoria tan «fácil».

Acertar en el diagnóstico es clave para tratar de erradicar estos errores que resultan imperdonables en el fútbol profesional y ahora habrá confiar en que el tropiezo ante el Levante sirva de lección. «Sobre todo tenemos que aprender a no bajar los brazos, creo que el equipo se relajó algo en la segunda parte. Creímos que con el 2-0 estaba todo hecho, además fácil porque estábamos jugando bien. Debemos aprender de ello y saber que hasta el minuto 90 puede pasar cualquier cosa y que no se repita algo así», explicó.

El juego, sobre todo en casa, está siendo bastante aceptable, pero esto no sirve si se está blando en las áreas como es el caso albiazul. «Creo que nos está faltando matar el partido, meter esas oportunidades que estamos teniendo, sobre todo en casa. Estamos teniendo además mala suerte, porque nos llegan dos veces y nos hacen tres goles. Donde debemos mejorar mucho la imagen es fuera de Mendizorrotza».

Cambiar la suerte

El malagueño está siendo uno de los más destacados del equipo a pesar de que parece estar reñido con los palos, tres en los dos últimos partidos. «Estoy dando más postes en un año que en todos los anteriores, pero creo que la suerte tendrá que cambiar. estoy teniendo ocasiones, que es lo más importante para un delantero. Me falta marcar para coger más confianza e intentar otras cosas, a ver si esta semana puedo marcar».