El compañero de la joven de 23 años Loredana Andriescu, que está acusado de haberla matado tras asestarle nada más y nada menos que 15 puñaladas, explicó ayer ante el tribunal que debe juzgarlo que «fue un accidente» y que en realidad pretendía suicidarse.

Sin embargo, ni la fiscal ni las acusaciones populares y particular aceptaron este relato y le preguntaron por las profundas puñaladas que presentaba el cadáver, muchas de ellas asestadas por la espalda.

La Fiscalía pide para el presunto homicida una condena de quince años de prisión, con el agravante de «abuso de superioridad». El resto de acusaciones elevan la condena hasta los veinticinco años, tras calificar los hechos de «asesinato» con los agravantes de «alevosía y ensañamiento». Además, la letrada de la asociación Clara Campoamor considera que están probadas las agresiones habituales a las que el acusado sometió a Andriescu durante ocho años de convivencia, por lo que apuesta por aumentar la pena a otros cuatro años más.

Mientras tanto, la defensa pide la libre absolución de su cliente alegando «problemas mentales». El juicio ha quedado visto para sentencia.

Por otra parte, ayer se supo que la Policía Foral de Nafarroa ha efectuado cuatro detenciones en el herrialde esta última semana por delitos relacionados con la violencia contra las mujeres. Dos de los arrestos se han producido en Iruñea, mientras que los otros dos se han registrado en las localidades de Lizarra y Burlata.