Siria indicó ayer que no continuará cooperando con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) con el argumento de que afecta negativamente a su seguridad nacional, según el delegado sirio en la conferencia general de la Agencia, que se ha reunido esta semana en Viena.

El Gobierno de Damasco «coopera de manera totalmente transparente» con la agencia dependiente de la ONU, afirmó el responsable de la comisión siria encargada de la energía atómica, Ibrahim Othman, ante los miembros de los 145 estados de la agencia reunidos en la conferencia general anual.

Esta cooperación debería continuar, añadió, «pero no se llevará a cabo en detrimento de nuestra seguridad nacional, por lo que no revelaremos la localización de nuestras instalaciones militares», subrayó Othman.

Damasco aceptó en junio la llegada de un equipo de tres inspectores de la AIEA a las instalaciones de al-Kibar, en el desierto sirio.

Washington afirmó que los sirios estaban construyendo una centro nuclear clandestino en ese lugar, antes de que fuera destruido por un ataque aéreo de la Aviación israelí en setiembre de 2007. Desde entonces, el Gobierno sirio ha rechazado cualquier nueva misión de los investigadores así como las visitas a otros emplazamientos y calificó las acusaciones estadounidenses de «absurdas».

EEUU y sus aliados occidentales acusaron a Siria, durante los debates de la conferencia general, que comenzó el lunes en Viena, de obstaculizar las investigaciones sobre sus supuestas actividades clandestinas, lo que ha sido negado rotundamente por Damasco y por el propio el-Baradei.