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La literatura vasca se hace cada vez más grande en la Feria del Libro de Frankfurt

Frankfurt es la ciudad de los tesoros: en este centro económico mundial están ubicados el Banco Central Europeo, la Bolsa alemana y una serie de importantes institutos financieros del país. Con temor se está esperando al lunes, cuando abra de nuevo el parqué. Mientras tanto, la atención nacional e internacional se centra en otro tesoro, que cada año se expone al público profesional y a los aficionados: la Feria Internacional del Libro.

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Ingo NIEBEL

Lo que suele ocurrir con los tesoros es que, por un lado, sus dueños los emplean para sacar aún más rendimiento. Por el otro lado, existen aquellos comprometidos que hacen todo lo posible para proteger su tesoro, con el fin de que no desaparezca y para que un público mayor se de cuenta de su existencia. En la Feria de Frankfurt se encuentra a los dos grupos. Dado que la crísis financiera aún no ha acabado con el sistema capitalista, las reglas de este último siguen imperando también en el recinto ferial. No se trata de una exposición del libro con venta al público, tal y como se conoce en Euskal Herria o en América Latina, sino más bien sirve para que las editoriales cierren los contratos anteriormente acordados y para explorar nuevos mercados.

La gerencia de la Feria informa de que, respecto al número de expositores, «se mantiene el nivel del año récord de 2007». Es decir, unas 7.400 casas editoriales están presentes en la ciudad a orillas del Meno. Con 3.337 puestos Alemania encabeza la lista de los expositores, seguida por Gran Bretaña y EEUU con 834 y 662 stands, respectivamente. La misma fuente hace saber que la mayoría de las editoriales encuestadas piensa que la crísis financiera no va a afectar a los negocios. «Al parecer, los libros resisten a los ciclos económicos porque no son lujo sino vitales», concluye el director de la Feria, Juergen Boos. Vital para el capitalismo es que, con cierta regularidad, encuentre nuevos mercados para su supervivencia.

La Feria intenta conseguir este objetivo mediante la elección de un invitado de honor. Este año ha sido Turquía el país galardonado, en 2010 lo será China. El país otomano se ha presentado bajo el título «Turquía en todos sus colores». Dada la situación política en el Estado turco, que pretende entrar en la Unión Europea, este lema invita a pensar mal: también los hematomas de kurdos y disidentes turcos maltratados por las Fuerzas de Seguridad se presentan de forma multicolor. De hecho, activistas kurdos han copiado el logo y los colores que las autoridades turcas emplean para su exposición especial, para denunciar la violación de los Derechos Humanos. En un folleto informan de que una veintena de escritores y periodistas se hallan encarcela-dos. Y que los niños kurdos ni siquiera pueden aprender su lengua como asignatura optativa. «Al pueblo kurdo se le priva sus derechos democráticos. No hay indicio para una solución pacífica», concluye el Consejo Europeo de Paz.

Suena conocido. Y quizás es por eso que Amnistía Internacional ha colocado un librito con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en alemán e inglés, entre las páginas del catálogo oficial entregado a los periodistas. ¿Estos últimos se habrán acordado de sus colegas encarcelados por el simple hecho de defender sus ideas políticas con la pluma? Claro está que no hay que pasar el Bosporo para estudiar el «estado de excepción del siglo XXI», caracterizado por el hecho de que ya no es declarado como tal, sino impuesto, sin más, y por la falta de cualquier límite respecto a su extensión en el tiempo y en el espacio. Para ello basta lanzar una mirada desde Frankfurt al otro lado de los Pirineos. Sin embargo, los organizadores de la Feria han preferido hacer la vista gorda, porque es mejor para el negocio. Una vez más, fueron los kurdos quienes, mediante notas de prensa, denunciaron las agresiones que varios de sus puestos sufrieron por parte de grupos turcos. Si las medidas de seguridad fueron extremas cuando el mundo árabe era el invitado de honor, este año han lucido por su ausencia. Por lo menos, la exposición especial de Turquía ha servido también para recordar al mundo cristiano el avance científico que caracterizaba el Islám siglos atrás cuando no imperaba la imagen del «terrorista islamista».

Tesoro lingüístico de Europa

Dentro de la coyuntura internacional de la Feria, Euskal Herria puso un punto especial, el cual hay que considerarlo como un avance, después de los pasos previos dados en los años anteriores. Por primera vez, autores vascos protagonizaron dos eventos informativos dentro de la Feria. Eso no es nada fácil de lograr, porque requiere voluntad y preparación, y porque los programas suelen estar repletos. Anjel Lertxundi, Jokin Muñoz y Aingeru Epaltza explicaron -en presencia de la consejera de Cultura del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate-, al público internacional, por qué «la literatura vasca es una aventura europea única». Para hacer llegar sus mensajes a la audiencia eligieron el castellano, mientras que la amena moderación de Idoia Noble fue en inglés.

En ambas lenguas internacionales mostraron los textos sacados de sus obras, como las traineras cruzando los mares, transportando a esta exposición el tesoro lingüístico más antiguo de Europa: el euskara. En su conservación se empeñan muchas personas en Alemania y varias instituciones. Una es la Euskal Biblioteka de la Universidad de Frankfurt, otra la editorial Pahl Rugenstein que en su colección «Zubiak» editan a autores euskaldunes en alemán. Este año se han publicado dos nuevas obras, «Rock 'n' Roll» de Aingeru Epaltza y «Hamaseigarrenean aidanez» de Anjel Lertxundi. Por otro lado, Jokin Muñoz explicó las fructíferas experiencias que tuvo cuando se reunió durante varios días con las personas que tradujeron su obra a varias lenguas europeas.

Es de esperar que la coyuntura en general permita que también en 2009 se pueda seguir por este sendero, porque promete ser el mejor método para que los demás europeos se den cuenta del extraordinario y milenario tesoro lingüístico que poseen.

7.400
editoriales

están presentes en la Feria de Frankfurt, un récord histórico que fue alcanzado el pasado año y que se ha igualado en el presente 2008.

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