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SEGUNDA Marcos, expulsado por simular dos penaltis

El punto, lo mejor de un mal partido de una Real sin ritmo

En un pobre encuentro, el Girona tuvo las mejores opciones, sobre todo en un segundo tiempo en el que los blanquiazules apenas inquietaron y ya llevan casi cinco partidos sin marcar y seis sin poder ganar.

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GIRONA CLUB DE FÚTBOL 0

REAL SOCIEDAD 0

Joseba ITURRIA | DONOSTIA

La Real tiene que darse por satisfecha con no perder en un mal partido en el que el Girona tuvo las mejores opciones, sobre todo en un segundo tiempo en el que los de Lillo jugaron a un ritmo muy bajo trasmitiendo sensaciones preocupantes.

No fue mucho mejor el juego en el primero, pero lo inquietante es que, sobre todo en los segundos tiempos de las últimas jornadas, el equipo físicamente no tiene ni intensidad ni ritmo. Es complicado determinar si es por el aspecto anímico en una racha de malos resultados y en un club en el que hay que acabar cuanto antes con la locura que lo rodea o por el físico tras una pretemporada en la que se ha apostado por un planteamiento poco convencional sin preparador físico. Pero la Real juega a una velocidad muy baja y se manifiesta sobre todo en jugadas de ataque, donde más se necesita ritmo y chispa.

Desde que Sergio marcó a los doce segundos del encuentro contra el Alavés, la Real suma 450 minutos sin marcar. Son siete horas y media sin ver puerta y lo peor es que tampoco el equipo es capaz de generar ocasiones de gol. Ni tan siquiera provoca saques de esquina. Ayer en todo el partido se pudieron contabilizar un cabezazo de Díaz de Zerio y un centro chut de Marcos en el primer tiempo y, en el último minuto del partido, una jugada del balear desesperante. Se marchaba solo a la meta de Rafa Ponzo, pero falló en el control y, sobre todo, cuando desperdició una clara opción al lanzarse al suelo para provocar un penalti. Ya había visto una tarjeta en el primer tiempo por tirarse en una jugada similar y esa segunda sólo provoca que la Real sume otra baja más para el partido del domingo en Anoeta contra el Castellón.

Y es una pena porque Marcos y Díaz de Zerio son de los pocos que trasmiten sensación de velocidad y el balear además tiene mucha calidad técnica. Pero en el fútbol es fundamental la cabeza para sacar partido de las virtudes. Y es una torpeza tirarse tan mal cuando se tiene una opción clara. Por lo menos para engañar al árbitro hay que buscar el contacto con el rival para provocar el penalti, pero Marcos empieza a tirarse en ambas jugadas un segundo antes de encararlo y así no hay ni dudas.

Por contra, el Girona tuvo media docena de ocasiones claras para marcar que no fue capaz de traducir en gol por su falta de calidad y por el acierto de Zubikarai y... de Labaka, que sacó bajo palos un ramate de Chechu con el de Ondarroa batido.

Posesión de balón sin peligro

Juanma Lillo, como es su obligación en los momentos difíciles, quiso buscar aspectos positivos tras el mal partido de ayer en la posesión de balón que tuvo su equipo en el primer tiempo. Pero la verdad es que el esférico lo tuvo el equipo más cerca de la línea de campo que del área rival y muchas veces en su propio campo entre los centrales y el portero. Y lo jugó con comodidad porque el Girona no presionaba la salida de balón, sino que sus dos líneas de cuatro esperaban más retrasadas de lo normal en una zona en la que se sienten muy cómodos. Cuando llegaban a la cercanía del área, los realistas perdían el balón.

Lo bueno del primer tiempo es que en defensa la Real sólo tuvo problemas en dos jugadas de Xumetra. En la primera, muy clara, Zubikarai detuvo bien su disparo y en la segunda el de Ondarroa salió bien para arrebatarle el balón. La Real acabó mejor el primer tiempo con dos ocasiones de Díaz de Zerio y Marcos. Al entrenador del Girona, Agné, no le gustó ese final de su equipo y decidió cambiar el sistema con la entrada de Manga para reforzar el centro del campo y prescindió del segundo delantero, Raúl Martín, que apenas había tocado el balón.

En el segundo tiempo la Real no tuvo velocidad ni ritmo, como en el primer tiempo, pero tampoco encontró el balón. El equipo necesitaba frescura desde el banquillo y, como ante el Xerez, la única opción que encontró Lillo hasta el minuto 80 fue la de un Necati que físicamente no está para dar otra velocidad a su equipo. Y además el sacrificado fue Moha, que había sido el mejor de su equipo de medio campo para adelante.

Los cambios del Girona sí mejoraron su juego. Manga apareció para dar buenos pases a la espalda de los centrales y allí aparecía el ex-alavesista Gabri, que salió como delantero centro y tuvo ocasiones suficientes para demostrar que no es su demarcación habitual.

Los locales tuvieron cinco ocasiones claras en el segundo tiempo y, salvo la primera de Chechu desbaratada por Labaka con Zubikarai superado, las otras cuatro las protagonizó Gabri y tres de cabeza a pesar de no destacar por su altura. El partido se le hacía eterno a la Real y por eso el punto hay que darlo como bueno porque sólo el Girona mereció ganar, aunque en los últimos minutos hubo un lío en el área local tras una falta y Marcos dispuso de ese contragolpe claro que acabó con su piscinazo y su expulsión.

Y si el punto fue lo mejor, aunque sumar de uno en uno y encadenar seis partidos sin ganar sólo sirve para alejarse de la cabeza y para minar la moral del equipo, lo peor es la imagen que trasmite el equipo en el aspecto físico. Si algo debe tener la Real con las instalaciones que tiene es a jugadores que físicamente no sean superados por los rivales y en esa faceta el equipo trasmite debilidad y cuesta entender que jugadores como Carlos Martínez o Estrada salgan del equipo. Ojalá sea una cuestión sólo anímica, pero...

Lillo: «Si llegas bien a posiciones adelantadas y no lo aprovechas, el rival se viene arriba»

Juanma Lillo declaró tras el partido que «hemos sido superiores en un tiempo y en el otro ellos han hecho más ocasiones. Pero si ha habido un equipo que por un rato ha sido superior, hemos sido nosotros y el premio no es excesivo y menos con la jugada del final en la que a Marcos se le ha ido el control. El inicio de la segunda mitad ha sido en el mismo tono en el que terminamos la primera, en la que llegábamos bien a un lado y a otro. Pero nos faltó determinación, buscar un último pase. En el fútbol es normal que cuando juegas tanto produzcas más y eso te desgasta y, a partir de ahí, el rival, más por balones centrados que por fútbol, ha tenido ocasiones. Hemos sido enemigos de nosotros mismos. Con tanta posesión para llegar bien a posiciones adelantadas si no le sacas rentabilidad, al final el rival se te viene arriba. En la jugada que sale Eñaut y despeja Mikel Labaka es como si viniera un fantasma que te pide que no pierdas. Es en ese momento en el que Manga lo hace perfecto y busca dos veces las espaldas de los centrales... Al final tuvimos el 0-1 y no debería haber extrañado a nadie».

Buscaba aspectos positivos y señalaba que «ante el Xerez y aquí hemos encontrado el fútbol, pero somos estériles y, si al final no lo conviertes en nada, los rivales se vienen arriba. Nos hemos parecido mucho más a los últimos partidos de pretemporada. Al Zaragoza le ganamos 1-0 y encuentras la tranquilidad, pero si no tomas la última decisión por temor a fallar...». GARA

Vuelta en autobús tras el partido

La primera plantilla realista ha regresado esta madrugada en autobús desde Girona, descansará hoy y mañana a las cinco en Zubieta comenzará a preparar el partido del domingo en Anoeta a la cinco contra el Castellón.

Remontada del juvenil para ser líder en solitario

En el duelo entre los dos primeros, el Athletic se adelantó de penalti y Santamaría y Eneko Eizmendi remontaron (2-1). La Real aventaja en tres puntos a Athletic y Osasuna. El Easo perdió su primer partido ante el Real Unión (2-0) y el cadete ganó 2-0 al Indautxu. Hoy el Sanse recibe a las doce al Valladolid y las chicas a las 11.30 al Colegio Alemán.

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