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El olfato rayista amarga la mejoría azulgrana

El Eibar encajó la derrota más contundente de la temporada, pese a la considerable mejoría de su juego. Con el de Vallecas, el equipo armero enlaza cuatro desplazamientos sin sumar un solo punto.

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RAYO 4

EIBAR 1

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Ya se sabe, el fútbol es así. Pero cómo duele el tópico cuando se cumple castigando la mejoría con una goleada. Porque el Eibar cuajó ayer un buen partido -el mejor de la temporada, al menos como visitante- y el premio que se llevó a cambio fue la derrota más abultada de estas nueve primeras jornadas de Liga.

El culpable fue el talonario, traducido en este caso en la implacable delantera del Rayo, cuyo olfato sentenció un choque en el que los azulgranas merecieron mucho más. Por juego, por ocasiones y por actitud. No en vano anotó el gol de la honrilla en tiempo de descuento, con el partido sobradamente sentenciado y cuando la mayoría ya habría bajado los brazos. Pero, lamentablemente, las palabras de Carlos Pouso resultaron premonitorias: su equipo nunca plantará el autobús, aunque eso le suponga regresar alguna vez con un «saquito» de goles.

Con dos novedades en el once -la confirmada de Iván Romero por el sancionado Raúl García y la inesperada de Markel Robles por Txiki Lombraña-, el Eibar, efectivamente, saltó al césped del Teresa Rivero mandón y ambicioso. Ante un Rayo agazapado, que esperaba su oportunidad a la contra, los armeros buscaron con insistencia la portería de Cobeño.

Pero faltaba puntería, justo lo que le sobró al rival, que casi no necesitó ni pisar el área para anotar su primer gol. A punto de cumplirse la media hora, Albiol retrasó el balón a la frontal para que Engüix lo enviase a la escuadra con un trallazo imparable. Lejos de amilanarse, el Eibar siguió en sus trece aunque, con el Rayo más cómodo todavía, lo tuviese más complicado. Faltó poco para el premio pero, a cuatro minutos del descanso, una gran estirada de Cobeño evitó que Txiki igualase con un disparo tan espectactular como el de Engüix.

Tampoco cambiaron las cosas tras el descanso, con el cuadro armero empecinado en acabar con su mala racha a visitante. Pero volvió a darse de bruces con el olfato local. Como en el primer tanto rayista, la defensa tampoco estuvo todo lo fina que debiera -permitiendo entonces la jugada de Albiol y ahora el parsimonioso control de Aganzo-, pero en ambas ocasiones fue mayor el mérito madrileño que el demérito azulgrana. A los diez de la reanudación, el ex delantero del Alavés aprovechaba un rechace de Zigor para anotar el 2-0.

Ahí acabó el partido definitivamente. No porque arrojase la toalla un Eibar que no dejó de insistir hasta el pitido final y que pudo recortar distancias por medio de Cases, que remató al palo, o Yagüe, que no acertó con un buen centro de Tokero; sino porque el Rayo se encontró con el escenario ideal, un rival obligado a echarse arriba y muchísimos huecos para el lucimiento de sus delanteros, que no desaprovecharon la oportunidad. A veinte minutos del final, Pachón aumentó la brecha con otro zapatazo desde la frontal y, a cinco minutos del final, Collantes cerraba el festival rayista con una buena jugada personal que resolvió en el uno contra uno ante Zigor.

Al Eibar no le quedó sino intentar maquillar el marcador. Lo consiguió con un centro chut de Txiki que Tokero envió al fondo de las redes.

«La diferencia ha estado en las áreas»

Pese a destacar el buen trabajo de su equipo, Carlos Pouso no puso excusas a la derrota. A fin de cuentas, «el fútbol consiste en meterla y que no te la metan». Y, en ese sentido, el Rayo no tuvo rival.

Pero el técnico también tenía claro que la diferencia «ha estado en las áreas. Nosotros no hemos sido capaces de dominarla y ellos sí. Ha sido la pegada de un peso pesado y la nuestra, de un mini-mosca. Difícilmente podemos hacer más de lo que hemos hecho, pero el fútbol consiste en eso, en meterla y que no te la metan», insistió. Lógicamente, Pouso no tenía queja en cuanto a «entrega y trabajo». «El equipo ha dado la cara y nos la han partido», reconoció, aunque aseguró que ése sigue siendo el camino. «Creo que es mejor perder así. Porque si, haciendo muchas ocasiones, no hemos estado certeros y hemos perdido, díficilmente vamos a ganar el partido metiéndonos atrás y haciendo pocas ocasiones», destacó.

Zigor, por su parte, lamentó llevar menos puntos «que los que corresponden al juego que estamos haciendo. Quitando un par de partidos, creo que estamos llevando una buena línea», aseguró.

A.U.L.

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