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RUPTURA ENTRE UPN Y PP

El PP inicia su reconstrucción por internet y sin Barcina

El PP empieza a ser consciente de las dificultades que acarreará su reconstrucción en Nafarroa, para la que por ahora sólo cuenta con la «colaboración» de Jaime Ignacio del Burgo. Por si hubiera alguna duda, Yolanda Barcina se apresura a aclarar que «por ahora en mi cabeza no cabe otro partido que UPN: es donde estoy y donde quiero seguir». Mientras el PP sólo contempla por ahora una afiliación por internet, Sanz pasa al ataque: «Seguiremos ocupando el liderazgo».

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R.S. | IRUÑEA

El PP no empieza precisamente con fuerza su reconstrucción en Nafarroa. El primer y hasta ahora único dirigente que ha salido a la palestra para anunciar su renuncia al carné de UPN es el que estaba cantado de antemano: Jaime Ignacio del Burgo. Un político que no entronca precisamente con la imagen «pop» que viene preconizando el PP con Antonio Basagoiti o Iñaki Oyarzábal en Gasteiz o con Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Esteban González Pons en Madrid. Seguramente por eso, Del Burgo se ha limitado a exponer que su misión sería sólo «colaborar».

En el entorno del PP, algunos soñaban con la opción de convencer a Yolanda Barcina, alcaldesa de Iruñea, elegida «a dedo» por Miguel Sanz para su sucesión y aparentemente una de las más afines al PP. Sin embargo, Barcina fue tajante ayer: «En estos momentos no cabe en mi cabeza otro partido que UPN. Es donde estoy y donde quiero seguir», dijo en Onda Cero.

El PP sí puede contar con Barcina para tratar de recomponer la relación con UPN, algo que no ocurrirá a corto plazo, ya que la ruptura obliga a diferenciar los discursos. La alcaldesa de Iruñea se mostró dispuesta a seguir ha- blando para ello, pero desde el partido navarro: «Intentar que se recupere la colaboración es algo que en UPN quieren todos sus militantes, y yo trabajaré por eso que quiere el conjunto de mi partido», expuso.

Desconcierto en el PP

Descartada Barcina como la candidata más deseable para el PP, el siguiente aspirante lógico sería Santiago Cervera, que ayer no se posicionó. Su destino, en realidad, está más en manos de UPN que en las suyas propias, porque el partido puede jugar ahora a rehabilitarlo -cerrando el expediente sancionador abierto- o a arrojarlo definitivamente al PP confirmando la suspensión de militancia. Además, Cervera posiblemente se sienta más cómodo siguiendo en Madrid que retornando a Iruñea, donde tendría que poner cara a las posiciones ideológicas más derechistas cuando en su trayectoria siempre ha intentado ofrecer una imagen liberal.

El desconcierto sacude también a otras esferas del PP. Es el caso de Antonio Basagoiti, su presidente en la CAV, que hace apenas unos meses expuso que el mejor referente para su partido era UPN por su política «pegada a la tierra». Tras la ruptura del pacto, Basagoiti arremetió ayer contra el presidente de este partido, Miguel Sanz. Le acusó de ser el único responsable de la crisis y de haber buscado este divorcio «desde el minuto uno». «Y ha conseguido lo que quería», concluyó en declaraciones efectuadas en Bilbo.

Muy molesto se mostró también el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, para quien la ruptura «no es una casualidad», sino algo que Sanz ha labrado «durante mucho tiempo» mediante «una estrategia preestablecida». Preguntado sobre cómo se va a restructurar el PP en Nafarroa, dijo que eso deberá precisarlo la dirección estatal.

Por el momento, ésta se limita a indicar que abrirá una opción de afiliarse por internet, y que la idea es conformar una comisión gestora hasta que se pueda realizar un congreso de refundación del PP. No hay fechas.

Sanz: «Ya les doblábamos»

En UPN ocurre justo lo contrario. Miguel Sanz apareció ayer muy crecido tras la confirmación de la ruptura, que ya saludó a carcajadas la víspera. En una entrevista a Radio Nacional de España y otra a la Cadena Ser, se mostró seguro de que su partido «va a seguir ocupando el liderazgo político en Navarra. No tengo ninguna duda, y quien piense otra cosa en Madrid está en su derecho a equivocarse».

Para ello, recordó que en 1991, cuando se produjo la fusión, UPN «ya doblaba en votos al PP» y subrayó, además, que ha sido el partido de Rajoy quien ha roto la relación, al menos de modo técnico. Le acusó de no haber aceptado el acuerdo electoral firmado en diciembre de 2007, en el que Sanz había introducido una alusión a que los diputados navarros votarían siempre en función de los intereses del herrialde.

Más allá de todo ello, el presidente navarro y de UPN se declaró muy molesto por la actitud mantenida por el PP en este litigio, aunque excluyó expresamente a Mariano Rajoy. Afirmó que desde Génova se ha tratado a su ex socio navarro como «un partido de segunda división».

En referencia al PSN, Sanz reiteró que «alcanzar acuerdos será imprescindible para que Navarra no caiga en manos del nacionalismo».

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