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Josu Imanol Unanue Astoreka Activista social

Gramos de hachís e hipocresía

Nunca me creo las versiones oficiales vertidas por los políticos millonarios de turno, pero me causa perplejidad que al hachís y en manos de no sé que persona se le dé más importancia que a las toneladas diarias de otras sustancias que entran de manera más o menos oficial en cualquier país

No sé si el chiste radica en la cantidad de gramos que se adjudica a una persona, si en que nunca oiremos a la persona acusada desdecir lo dicho o no, o en la forma en la que se contó en los noticiarios e incluso en un programa de humor en una cadena estatal, pero mi confusión es tremenda.

Independientemente de que nunca me creo las versiones oficiales vertidas por los políticos millonarios de turno, me causa perplejidad que al hachís y en manos de no sé que persona se le dé más importancia que a las toneladas diarias de otras sustancias que entran de manera más o menos oficial por distintas rutas en cualquier país o rincón y el consumo abusivo de las mismas.

Realmente uno se asquea de que los chistes sean facilones y malintencionados, cuando aún recuerdo a personas que por consumir de mala manera sustancias «ilegales» no sólo han sufrido persecución, prisión o discriminación, sino que incluso han tenido enfermedades, cuando no han sido arruinadas o fallecieron.

Drogas introducidas muchas veces con complicidad e intencionalidad. Pues si bien es fácil saber quien consume unos gramos, más fácil ha de ser conocer quién se enriquece o trafica con toneladas, claro que para eso hace falta señalar un poco más arriba, empaparse dentro de estructuras más respetadas y hacer una revisión integral sobre las cloacas, ¿o es que acaso alguien conoce algún pobre traficante al nivel que denuncio?

Hablamos de respetables que se reirían de los chistes fáciles que al igual que yo habrán oído, ¡maldita la burla!

Pero, claro, es que, como siempre digo, Euskal Herria y todo lo relacionado con la disidencia vende, pero vende vergüenza ajena a los estados dominantes y sus acólitos ignorantes. Porque, si mal no recuerdo, cuando otros desde diferentes compromisos intentamos desenmascarar las tramas del tráfico de la droga, a los supuestos respetables, etc., nos encontramos con más de una puerta cerrada, cuando no con instituciones oficiales o personas que ascendieron de grado rápidamente en sus cargos. ¿Gratificaciones por servicios prestados?

Es la otra cara de la moneda que nunca será velada ni tratada con humor. Que se lo pregunten a los familiares de los usuarios de droga afectados o de los fallecidos, a los propios usuarios, a los que hemos visto que detrás de un pequeño camello siempre, repito siempre, hay un gran respetable traficante a gran escala, una red segura e incluso una permisibilidad que raya el escándalo por parte de muchos implicados, todo eso aquí y allá. ¿No lo saben los que tanto estudian periodismo, por ejemplo?

Sí, estamos en la era de las grandes tecnologías, capaces de analizar los componentes de cualquier sustancia y certificar la calidad, pero una tecnología tuerta y ciega ante los inmensos terrenos labrados con el fin de producir, los laboratorios con alta tecnología callados ante un montón de personas implicadas en el tráfico que mata y con un montón de payasos acomodados que harán la gracia fácil sobre un bulo, pero que siempre serán silenciosos ante el verdadero problema, como siempre.

No sé cuantos gramos y en manos de quién son una gracia segura y una burla inmediata con resultado de carcajada. A mí me produce mucho daño tras lo que he conocido y conozco, que no es mucho. No sé si se puede dedicar el mismo tiempo y espacio a este tema tan serio, que desde luego no es tan gracioso ni tan superficial.

Lo tratemos como lo tratemos, detrás de unos pocos gramos hay siempre personas e instituciones que producen mucha mierda interesada, nada por solucionar el verdadero problema del narcotráfico y sus consecuencias. Eso sí que es realmente grave y denunciable.

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