Cara y cruz en la úndecima jornada liguera de la ABF para los conjuntos vascos. Mientras Itxako volvió a demostrar con contundencia su firmeza en el liderato, Akaba y Zuazo firmaron sendas decepcionantes derrotas.

Las navarras no tuvieron compasión del Ribarroja -otrora potente conjunto- y le zarandearon a domicilio con un inape- lable 11-33. El compacto 6-0 defensivo de las de Ambros Martín, su contraataque y el juego posicional fueron sus bazas.

La mayor fractura en el marcador se produjo en la segunda mitad. El parcial de 6-23 a favor de las amarillas lo dice todo. La vorágine ofensiva tras el descanso contrastó con la racanez del primer periodo, que finalizó con unos pobres números: 5-10.

El pleno de Itxako -11 victorias de otros tantos encuentros disputados- deberá ser refrendado en la importantísima visita que realizará a Lizarreria el Elda, segundo clasificado, en la próxima jornada.

No estuvo tan atinado Akaba Bera Bera. Las guipuzcoanas tenían la oportunidad de alcanzar la cuarta plaza tras la derrota del Mar Alicante, pero no supieron aprovechar la ocasión en Elche (25-24). Las locales enjugaron la ventaja de las guipuzcoanas al descanso (12-15) en una segunda parte en la que arries- garon con una defensa presionante 3-3, que las de Reyes Karrere no supieron superar.

Ni siquiera tuvieron suerte con el arbitraje, ya que a falta de 20 segundos para el final Lacrabère dispuso de una inmejorable oportunidad para, al menos, empatar. Sin embargo, y pese a ser objeto de un claro penalti por parte de las defensoras ilicitanas, los colegiados decidieron no decretar la pena máxima. Akaba recibe el próximo sábado al Vícar Goya -Bidebieta, 19.00- en un choque decisivo para finalizar la primera vuelta entre las cinco primeras.

Por último, Zuazo confirmó (23-41) su trayectoria totalmente opuesta a Itxako -once derrotas en once jornadas-, si bien en esta oportunidad lo hizo ante un rival poderoso y se pudo apreciar la mano de Javier Dueñas, con una cierta mejoría en su nivel de juego.

Las vizcainas sólo pudieron aguantar diez minutos el ritmo impuesto por su oponente. El tiempo que le costó al Sagunt cohesionar al trío defensivo formado por Cuadrado, Chávez y Damilovic.