Hoy se escenificará el último acto del carnaval de la democracia española y mañana entraremos de lleno en la cuaresma. Patxi López promete traer la democracia al país vasco, como si no sufriésemos la tutela de su Constitución, el control total como ciudadanos sospechosos por no reconocer ni asumir el orden de los valores dominantes y por ello, estar excluidos por ley de participación en derechos fundamentales.

Antonio Basagoiti, el que habla joven aunque con menos salero que el acordeonista, no contento con sacar de las instituciones a la izquierda abertzale, promete, asimismo, sacarlos de la calle. ¿A dónde? No lo explicita de momento, pero promete defender al chico de la maza y sacarlo absuelto, por ahí podrían ir los tiros. La maza, acertada metáfora de la concepción de la democracia española y de sus leyes

Ibarretxe, el de los carteles con cuerpo de Obama y cabeza de duende, mueve las manillas en un intento de disimular el vértigo de sus nalgas ante la posible pérdida del sillón. No será el único del Partido con zozobra existencial.

Unai Ziarreta ha cubierto sus actuaciones electorales con cintas que avisan peligro de derribo y no es para menos dada la situación.

La gran esperanza rosa, la Díez, arrancó como caballo andaluz pero la frenada ha resultado de burro manchego. Después de lo que ha hecho por España, parece mentira la ingratitud de sus habitantes. Ni siquiera mi tocayo Losantos apuesta abiertamente por ella en la carrera. Claro está que Savater, experto en hípica, es un hombre de palabra y no abandona.

Madrazo, confieso que para mí es una incógnita, imaginase perejil de varios guisos y alianzas. Programa, programa, programa, tartamudea sin cesar, no desvelando por su parte la más mínima línea programática propia. El de los ojos chiribitas, parece un buen chaval, que a mucha gente le gustaría para yerno. Pero no pasa de ahí.

La afirmación de Patxi Zabaleta «a Batasuna le apoya Garzón, el Estado y la Policía» no parece corresponderse con la realidad, al margen de que Garzón y la Policía son elementos que forman parte del Estado, caprichoso el destino, al parecer su inestimable apoyo revertirá en réditos electorales para Aralar. Ya ves tú lo que son las cosas majetón. A veces, a pesar de la escolástica, mejor sería refrenarse, ya lo dijo el analítico de Wittgenstein: de lo que no se puede hablar, mejor es callarse. ¿Y los apestados e innombrables? Ellos y ellas disponen, paradojas de la vida, de algo nulo para afirmarse. La nulidad los hará visibles.

Estos tiempos de crisis económica son tiempos de inestabilidad social y no está bien que las reivindicaciones de los trabajadores y las trabajadoras dispongan de un altavoz como es el Parlamento.

El 1 de Marzo de 1940 el Gobierno español dictó la Ley para la represión de la masonería, el comunismo y demás movimientos que siembren ideas disolventes contra la religión, la Patria y la armonía social. Y así andamos por estos lares. Nos toca la travesía del desierto, una vez más. No saben que tenemos dos jorobas.