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Tras las elecciones del 1-M

El PNV empieza a amenazar al PSOE con consecuencias en Madrid

 

R.S. | IRUÑEA

Desde que se conocieron los resultados, la consigna en el PNV y sus aledaños mediáticos es la de aparentar tranquilidad. Los portavoces jeltzales se atienen en sus declaraciones públicas a argumentar que Ajuria Enea debe seguir en sus manos como formación más votada, y que, de entrada, van a llevar la batuta en las reuniones para buscar apoyos. En esta línea, se elude valorar el anuncio de Patxi López de que no renuncia a presentar su candidatura, y la confirmación de que PP y UPyD le van a apoyar. Sin embargo, ya ayer aparecieron algunas grietas en este discurso. El senador Iñaki Anasagasti fue quien más evidenció el nerviosismo interno del PNV, al advertir al PSOE de que los jeltzales podrían retirarle sus apoyos en Madrid.

«No se trata sólo de presupuestos -advirtió Anasagasti en un artículo publicado en su blog-. Se trata de las votaciones en la Mesa del Congreso, de las proposiciones de ley, de los proyectos de ley, de las comisiones de investigación, de las recusaciones a ministros... Y eso, ante la Presidencia semestral española de la Unión Europa».

También Andoni Ortuzar introdujo estas advertencias en una entrevista a Radio Nacional de España (en otras declaraciones ofrecidas a medios vascos se mostró más comedido). El mandatario del BBB indicó que si el PSE se hace con el poder, el PNV lo considerará como «una agresión política. Entendería que no es justo, que sería algo raro y contra natura, y tendríamos que responder con todos los medios a nuestro alcance», apuntó.

En otras declaraciones, Ortuzar dio por descartada la hipótesis de un gobierno conjunto entre PNV y PSOE «porque ellos ya se han situado al margen de esa posibilidad». Y reclamó al PSE que «lea bien los resultados. Si uno hace caso a lo que ha venido diciendo el candidato socialista en la campaña, él no iba a hacer un gobierno frentista ni de bloques».

La pretensión de dar naturalidad a la opción de que Ibarretxe siga como lehendakari fue cuestionada también desde Catalunya. Artur Mas, lider de CiU, admitió que considera probable que el PSE desbanque al PNV, porque así lo hizo en Catalunya, aunque para ello tenga que conformar un «pacto contra natura» con el PP.

Zapatero, tranquilo

El PSE impuso el mutismo, a la espera de que Patxi López explique hoy en rueda de prensa la opinión de la Ejecutiva. Sin embargo, antes de que se apagasen los teléfonos móviles, Radio Euskadi consiguió hablar con el dirigente vizcaino José Antonio Pastor, que reiteró que López se presentará como candidato.

Desde Madrid, primero José Blanco y después José Luis Rodríguez Zapatero subrayaron que la decisión está en manos del PSE exclusivamente, aunque lo mismo afirmaron en 2007 respecto al PSN para terminar imponiéndole el criterio de Ferraz. Zapatero sólo afirmó que López «será coherente con el compromiso adquirido para liderar el cambio». Y calificó de «muy afortunada y muy correcta» la intervención del aspirante a lehendakari en la noche del domingo, al afirmar que no renuncia a presentar candidatura. Zapatero dijo no estar preocupado por los efectos que puedan producirse en el Congreso.

Mariano Rajoy, presidente del PP, pasó fugazmente por Bilbo para saludar el resultado y reiterar que el PSE tendrá sus votos. «Si no ha mentido, habrá cambio», añadió Antonio Basagoiti.

Los antecedentes apuntan a que UPyD no será decisivo

El viernes se recontarán los votos de los residentes en el extranjero, y en ellos puede producirse una modificación de notable trascendencia. El escrutinio del domingo dio a EA el parlamentario número 25 en Araba, pero lo hizo con sólo ocho votos de diferencia sobre el PSE. Si este partido lo recuperara, alcanzaría los 38 de mayoría absoluta en el Parlamento sólo con el PP y, por tanto, no requeriría del incómodo apoyo del diputado de UPyD, Gorka Maneiro.

Patxi López dio por seguro que ese puesto será suyo en la comparecencia hecha el domingo por la noche en Bilbo. Y los datos de anteriores escrutinios y la evolución de voto de los dos partidos parecen avalar esta tesis. En los comicios  de hace cuatro años, el PSOE pasó en esta fase del escrutinio (con el denominado CERA) de 42.994 votos a 43.216, es decir, tuvo un plus de 222 apoyos. EA concurrió en coalición con el PNV, y esta plataforma subió en esta fase de 51.601 votos a 51.986, o sea, tuvo 385 más. Vista la manera en que ahora se ha dividido el voto entre PNV y EA, cabe prever que sólo algunas decenas apoyarían a la lista de Rafa Larreina    frente a los más de 200 que posiblemente sumará el PSE.GARA

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