La exposición «Instalaciones II: Vídeo de las colecciones Guggenheim», presentada ayer, muestra «las enormes posibilidades del vídeo como modo de expresión artística» a través de la exhibición de siete trabajos de artistas internacionales en el campo de la videoinstalación.

La muestra incluye, por lo tanto, siete obras en vídeo adquiridas por la Colección Guggenheim en el último lustro y evidencia el interés constante del museo bilbaino con este dinámico campo del arte actual.

Los creadores elegidos, destacados exponentes internacionales en el campo de la videoinstalación, han transformado el espacio del museo utilizando proyecciones de grandes dimensiones y un sonido envolvente, a los que han añadido elementos de atrezzo escultural o de mobiliario escogidos específicamente para sus obras, ofreciendo así a los visitantes un entorno sugerente para la experiencia artística.

El vídeo comenzó a ser utilizado en el arte a finales de los años sesenta y, desde entonces, ha desempeñado un papel fundamental para los artistas en sus exploraciones sobre el ser y la sociedad, proporcionándoles una forma de capturar el espacio y el tiempo real cada vez más sofisticada, a medida que la tecnología va avanzando. Hoy en día los artistas utilizan el vídeo en exuberantes y complejas instalaciones que transportan al espectador a universos que trascienden las paredes del museo. Con frecuencia, estas obras adoptan convenciones cinemáticas tales como estructuras narrativas o equipos de proyección y de sonido como los de las salas de cine y, al mismo tiempo, van más allá de estas convenciones al emplear, por ejemplo, más de una pantalla en un solo espacio.

Obras proyectadas

Las obras expuestas en la sala 105 son «Zidane, un retrato del siglo XXI», película cinematográfica de Douglas Gordon y Philippe Parreno; la obra en tres partes «Trilogía Doppelgänger», de Slater Bradley; y las videoinstalaciones «Utopía de quién», de Cao Fei; «Masa», de Mika Rottenberg, y «Yo-ser área», de Ryan Trecartin.

La sala 103, por su parte, acoge el tríptico «Paraíso Omeros», de Isaac Jlien, y la proyección «360º Conexión», de Mariko Mori.