Gordon Bajnai, ministro de Economía sin etiqueta partidaria en el Gobierno saliente, promete sacar a Hundría de la crisis, aunque anuncia sacrificios.

«Debo advertir a todo el mundo: mi programa va a hacer daño. Exige sacrificios a todas las familias, pero dará sus frutos», declaró ayer en su primera comparecencia tras su designación.

«Hungría no tiene tiempo que perder. Hay que encarar transformaciones radicales», insistió, para asegurar que su programa, «que abrirá la puerta a mejores perspectivas, cuenta con el apoyo de socialistas y liberales, que disponen de mayoría en el Parlamento, para llevar a cabo su draconiano programa.

Bajnai, de 41 años de edad, aseguró que no alberga ambición política alguna y añadió que «no me preocupa en modo alguno la popularidad».

Su primer objetivo será recuperar la credibilidad de los mercados financieros. En esta línea, dio la voz de alarma sobre la tasa de endeudamiento de la población en euros y en francos suizos, mientras que el forinto húngaro pierde valor a pasos agigantados. «Mas de 700.000 tiendas y un millón de propietarios de coches están en peligro».

Desde otoño de 2008, Hungría sobrevive entubada tras el préstamo de 20.000 millones de dólares por parte del FMI, Banco Mundial y UE.

Próximo a Gyurcsany

Tras un fin de semana de negociaciones maratonianas, el gubernamental Partido Socialista Húngaro (MSZP) y su aliado liberal (SZDSZ) consensuaron la elección de Bajnai,

Surgido, como Gyurcsany, del mundo de los negocios -dirigió también varias empresas-, es considerado cercano al primer ministro dimisionario. Exige una política de mayor rigor que la puesta en práctica por su predecesor desde 2006.

La prensa avanza que su plan incluirá medidas de austeridad draconianas para reducir aún más la economía estatal.

Bajnai será oficialmente designado primer ministro tras una moción de censura «constructiva» cuyo voto está previsto para el 14 de abril.

Duramente castigados por los sondeos, los dos partidos han rechazado las exigencias de la oposición derechista de elecciones anticipadas.

Gyurcsany anunció su dimisión el 21 de marzo tras su fracaso al intentar imponer un plan de relanzamiento de la quebrada economía húngara. Renunció el sábado a la Presidencia del partido, que celebrará el próximo domingo un congreso extraordinario.