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Derbi en el Sadar Pese a todo, se espera el lleno

Los hinchas pagan la «guerra de entradas» entre clubes

Los últimos encuentros entre Osasuna y Athletic se han convertido en una oportunidad para hacer caja.

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Natxo MATXIN | IRUÑEA

Vivir un derbi de Primera en directo es en los últimos tiempos un disfrute prohibitivo, especialmente para los aficionados que deben rendir visita. El precio de las entradas para la hinchada rival se ha convertido en un factor de enrarecimiento añadido a los ya de por sí tensos enfrentamientos recientes entre Osasuna y Athletic.

En el choque de la primera vuelta, el club rojillo ya rechazó 200 entradas que los de Ibaigane enviaron al precio de 70 euros por considerarlo un importe desorbitado. La réplica ha llegado esta semana: 400 tickets al mismo precio con destino Bilbo. De por medio, la eliminatoria copera de enero, en la que los billetes no fueron precisamente baratos.

Sea como fuere e independientemente de las intenciones que ambas entidades pretendan con esta «guerra de entradas», la realidad es que los aficionados son los últimos paganos. Como siempre, son ellos quienes tienen que buscarse la vida por su cuenta para conseguir entradas más asequibles, vía amigos de una y otra ciudad, lo que demuestra, de paso, que tampoco hay tan mala relación como algunos pretenden hacer creer.

Lo curioso es que ya se han puesto en práctica acuerdos tácitos con otros equipos en eliminatorias de ida y vuelta con el objetivo de delimitar precios, como lo hizo en algunos casos Osasuna durante su última participación en la Copa de la UEFA.

El G-5, la antítesis

En las antípodas de lo que ocurre con Athletic y Osasuna están los conjuntos andaluces de Primera -Betis, Sevilla, Almería, Recreativo y Málaga-, quienes se han embarcado en una singladura conjunta denominada G-5, en la que uno de sus puntos fuertes es potenciar los derbis con módicos precios.

Así, los socios del equipo rival pueden disfrutar de importantes descuentos a la hora de acceder a entradas. Un ejemplo de ello son los 25 euros que costó ver el último Málaga-Sevilla para los hinchas hispalenses. No estaría de más que nuestros clubes tomaran buena nota de ello.

70 euros

Es el precio que les costará a los hinchas rojiblancos ver el partido del domingo, el mismo que puso el Athletic en el encuentro de la primera vuelta.

En Tajonar preocupa la recuperación de la maltrecha ala izquierda, mientras que David López podría llegar a tiempo

La amigdalitis aguda de Natxo Monreal y la sobrecarga en el cuádriceps derecho de Jaroslav Plasil podrían poner en seria duda la participación del ala izquierda titular rojilla de los últimos partidos. Ninguno de los dos jugadores -el de Eskirotz ya estuvo en cuarentena la semana pasada con su tobillo- ha entrenado con el grupo en lo que va de semana y sólo el checo lo hizo ayer por su cuenta junto al readaptador físico, Josu Sesma.

Si bien el puesto del internacional centroeuropeo podría ser cubierto por un Ludovic Delporte hambriento de fútbol, más complicada sería la alternativa para el lateral. Con Oier lesionado y considerando que Tiago Gomes no cuenta para nada, todos los boletos recaerían en Javier Flaño, que debería jugar en un puesto que no es el suyo, pero en el que ya se ha desenvuelto cuando la ocasión lo ha requerido. Quienes no parece que tendrán tantos problemas para estar disponibles son Azpilicueta, que no llegó a estar ni en el parte médico, y Masoud, que se ejercitó con normalidad con el resto de sus compañeros.

En cuanto al Athletic, quien podría tener opciones de entrar sería David López. Aunque tras su lesión en el adductor combina recuperación y entrenamientos, el riojano ya disputó veinte minutos ante el Mallorca -sirvió el segundo gol a Javi Martínez- y podría arrebatar la banda derecha a Markel Susaeta.

David López reconoce que sus sensaciones «son buenas», aunque prefiere esperar a «ver cómo evoluciono». No será por falta de ganas, tratándose de su ex equipo. «A todos nos gusta jugar este tipo de partidos -reconoció- y a mí más, porque Osasuna es un equipo muy especial para mí. Tengo ganas de ir y jugar, pero habrá que esperar», insistió.

El centrocampista, por otra parte, no pudo evitar referirse a la polémica de la semana, a la que, como hicieran la víspera Iraizoz y Orbaiz, quiso quitar hierro. «La afición de Osasuna está siempre con el equipo, le ayuda durante todo el partido y presiona al rival. A todos los rivales, no sólo a nosotros, aunque los derbis siempre sean especiales y se note más», aseguró.

El equipo, por otra parte, y tras trabajar ayer a puerta cerrada en San Mamés, realizará hoy un último entrenamiento (10.30) en las instalaciones de Lezama.

N.M.-A.U.L.

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