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Enrique Miranda García Arquitecto

Mejora del tren o TAV

La mejora de la vía actual con mucho menos dinero y mucho menos impacto socioeconómico y ambiental tiene una mayor rentabilidad social y territorial para Nafarroa. Y además crea más puestos de trabajo

El Gobierno de Nafarroa y los partidos parlamentarios están empeñados en construir, a cualquier coste, la primera fase del Corredor Navarro del TAV entre Zaragoza e Iruñea.

Supone una inversión declarada de 1.000 millones de euros que, según estimaciones independientes, se puede ir a 1.800 millones. Una cantidad escandalosa en tiempo de crisis económica, mientras se recortan servicios sociales, inversiones en vivienda pública, se privatiza la Sanidad y la asistencia social «para ahorrar costes». Pero, realmente, ¿qué es el TAV? ¿Qué supone para nuestra vida diaria? Nada.

El TAV es un tren que puede circular a una gran velocidad, a unos 300 kilómetros por hora, y supuestamente ahorrará de Iruñea a Madrid media hora.

Para ello hay que construir una nueva vía, que estará vallada a ambos lados, como la autopista, cortando el territorio como un gran cuchillo con un impacto ambiental enorme.

El TAV permitirá que un reducido número de personas pueda trasladarse de Iruñea a Madrid media hora más rápido que ahora. Son las personas que teniendo necesidad de hacer ese trayecto puedan pagar los altos precios de este tipo de transporte. Seguramente menos del 1% de la población navarra. Sin embargo, la implantación del TAV supondrá la desaparición de los pocos servicios de transporte ferroviario de los que ahora disfrutan las ciudades intermedias como Tafalla, Castejón, Tutera, etcétera.

Sencillamente uno de los trucos del TAV para ahorrar tiempo es no parar en ninguna parte. De este modo no pierde tiempo en frenar, parar y acelerar en cada estación. Realmente es el truco más rentable para ahorrar tiempo. Más o menos diez minutos por estación. Mucho más rentable que correr mucho. Es decir, que si los trenes actuales hiciesen lo mismo, también ahorrarían un montón de tiempo. Realmente correr a 300 kilómetros por hora es lo de menos. Al fin y al cabo es lo que hacen ahora los autobuses «directos», van a menos de 100 kilómetros por hora y ganan tiempo porque tienen pocas paradas.

¿Para qué le sirve el TAV a la gente de Tafalla, Castejón, Altsasu, Irurtzun, Tutera? Para nada. Si una persona de Tafalla quiere ir a Madrid en el TAV, debe subir a Iruñea a coger el tren. ¿Dónde está para esta persona el ahorro de tiempo?

El TAV refuerza la centralidad de Iruñea, ya que es un servicio para la relación entre capitales. Esto es así en todo el Estado y en toda Europa. Relación entre capitales. Las demás ciudades, pueblos y comarcas que se las apañen. Pero, además, lo grave es que si se gastan los dineros públicos en fortalecer las relaciones entre capitales no quedarán fondos para infraestructuras que ayuden a la economía comarcal, ni dineros para hacer frente a la crisis ni para resolver las necesidades actuales. Por tanto, el TAV es contrario al necesario equilibrio territorial del País.

Con el TAV pasará lo mismo que pasa ahora con la autopista A-15. Que a la mitad de Nafarroa no le sirve porque no hay enlaces. En el TAV no hay paradas.

El problema del transporte ferroviario en Nafarroa está en el abandono histórico y la dejación sucesiva del servicio. Es también un viejo truco. Dejar que el servicio de trenes se muera para luego decir que es necesario el TAV.

En Nafarroa la solución es mucho más barata y sencilla que la construcción del TAV. Basta con desdoblar la línea del ferrocarril actual, entre Castejón y Altsasu, de modo que se puedan cruzar dos trenes sin tener que esperar. No es de recibo que se tenga que parar un tren de pasajeros para dejar pasar un tren de mercancías. Una vía doble en condiciones permitirá la circulación de trenes de cercanías, de lejanías y de mercancías parando en cualquier lugar, dando servicio a todo el territorio, lo mismo para ir a Iruñea desde Castejón como para ir de Altsasu a Barcelona.

Si los trenes son «directos» a Madrid, Bilbo, Donostia, Barcelona, etcétera ganarán tiempo porque no pararán en todas las estaciones, lo mismo da que sea un Talgo o un TAV. Al final la diferencia de tiempo no justifica una inversión tan desorbitada. No hace falta el TAV. Quince o treinta minutos de ahorro en el viaje de Iruñea a Madrid para el 1% de la población navarra no justifica un derroche tan descomunal de dineros públicos.

Además, el funcionamiento diario del TAV es deficitario y el derroche energético descomunal, por lo que los costes públicos se disparan, y todo por media hora de ahorro.

La mejora de la vía actual con mucho menos dinero y mucho menos impacto socioeconómico y ambiental tiene una mayor rentabilidad social y territorial para Nafarroa. Y además crea más puestos de trabajo.

Entonces, si no hay justificación desde el punto de vista del equilibrio territorial, sino todo lo contrario, y económicamente es insostenible, ¿por qué se empeñan derechas e izquierdas en hacer el TAV en plena crisis?

Tal vez porque el desarrollismo sin sentido es como la fiebre porcina que a todos los parlamentarios contagia, y sin la vacuna del sentido común están perdidos.

Con un poco de sentido común el sábado 9 de abril toda la sociedad navarra debería estar protestando en la manifestación contra este derroche socioeconómico y ambiental que es el TAV.

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