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Después del 21-M

«La huelga ha deslegitimado eso que llaman ‘diálogo social’»

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Amaia Muñoa

Secretaria general adjunta de ELA

Una vez pasada la jornada de huelga general, la secretaria general adjunta de ELA, Amaia Muñoa, subraya que se ha comprobado el valor de la movilización para el cambio de las políticas públicas y para hacer frente al chantaje empresarial. Denuncia, además, la manipulación de los poderes políticos y económicos sobre la huelga, cuyo «éxito es innegable»

GARA | GASTEIZ

¿Qué valoración, ya más sosegada, hace de la respuesta a la huelga general?

La valoración es muy satisfactoria. Los sindicatos convocantes hemos hecho públicos datos -empresa por empresa-, algo que la patronal y la administración no han hecho. Los convocantes nos medimos con nuestra propia representación y, en ese sentido, el éxito de la convocatoria es innegable. Hay que felicitar a la militancia de las organizaciones por el gran trabajo que han hecho. Nuestro sindicalismo se hace con militancia, lo hacemos contracorriente.

Las manifestaciones del día 21 fueron multitudinarias. Fueron históricas en cuanto a participación en las cuatro capitales por la mañana y en las de las comarcas por la tarde.

¿Qué les diría da a los portavoces políticos y patronales que primero intentaron desvirtuarla y luego la calificaron de fracaso?

Sabemos que hemos hecho la huelga general contra todo el stablishment económico en alianza con el poder político. Ellos -todos- se defienden corporativamente porque juntos han hecho las políticas que queremos cambiar y no quieren. Ninguna sorpresa. A su servicio, cuentan con muchos medios de manipulación informativa y los han puesto a funcionar. No han tenido ningún rubor para mentir y manipular. La foto es muy preocupante desde un punto de vista democrático.

Aparece un régimen que se blinda, que estigmatiza la crítica y desprecia a organizaciones democráticas como son los sindicatos. Funcionan como un régimen que defiende sus intereses y punto. Todas la huelgas generales que conocemos han sido calificadas por los gobiernos y el poder económico de «políticas». Lo hizo González, Aznar y también Franco. Tras esa posición hay una devaluación tremenda de valores democráticos.

¿Cuál ha sido la utilidad de esta movilización de trabajadores?

Comprobar que tenemos una agenda reivindicativa social y sindical que es consciente del valor que tiene la movilización; para el cambio de las políticas públicas, tanto en justicia fiscal como en gasto social; sobre el papel de la Administración Pública en esta fase y contra los chantajes empresariales en las empresas.

Tenemos una agenda que concluye que una gran parte de lo que hay que hacer depende de nosotros. No vamos a dejar los temas que nos preocupan en manos de una clase política que nos ha dejado solos y mantiene una alianza inquebrantable con el poder económico y empresarial.

También ha servido para deslegitimar eso que dan en llamar «diálogo social», que es útil para quitar presión a los gobiernos y para regalar dinero público a las organizaciones con el objeto de garantizar la docilidad sindical.

¿Cuáles van a ser los puntos de exigencia a partir de ahora y a quién irán dirigidos?

A los gobiernos hay que exigirles una política pública que favorezca la creación de empleo digno con valor social y que acabe con el despilfarro de ayudas a empresas que son completamente estériles; una política social que se haga cargo de las necesidades de mucha personas afectadas por la pérdida de empleos; desandar las reformas fiscales que han beneficiado a los ricos para hacer política solidaria, control público de las finanzas... Estamos a la cola en presión fiscal y gasto social de Europa y eso es inaceptable. Ante la patronal la exigencia es luchar contra los chantajes, defender salarios dignos; eliminar discriminaciones de todo tipo; llevar a la negociación colectiva esa lucha organizada...

¿Qué continuidad va a tener la unidad entre sindicatos forjada para esta huelga?

La que acordemos. Es imprescindible, para eso que queremos hacer, llegar a mayores niveles de coincidencia intersindical partiendo de que mantenemos modos de intervención sindical diferentes. El Gobierno de la CAPV va a tratar de poner en marcha el diálogo social con la minoría sindical con el objeto de desactivar la reivindicación. Ese también es un ámbito de colaboración entre los sindicatos que hemos estado en la huelga general.

Visto el resultado de la huelga, la reacción de los poderes económicos y políticos y los retos que ha mencionado, ¿hay lugar para el optimismo para la clase trabajadora?

Los gobiernos nos han dejado solos. Hay masa militante suficiente para activar a la sociedad. Evidentemente hay muchos problemas que debemos abordar y que podemos convertir en oportunidades. El resultado depende de nuestra relación de fuerzas y de la suma que establezcamos con organizaciones aliadas.

Tenemos una cosa muy positiva: ese establishment político-económico no nos controla, no toma decisiones por nosotros; lo sabe y le molesta sobremanera. No es un mal punto de partida para dar valor a lo que somos capaces de hacer.

Confebask apela a ELA a que cambie

El secretario general de Confebask, José Guillermo Zubia, insistió ayer en que el seguimiento de la huelga general mostró el «fracaso absoluto de la convocatoria», por lo que pidió a ELA que tome «otra senda que por lo menos nos llevara a compartir un diagnóstico, y si compartimos medidas, mejor». Subrayó que los datos de la patronal y el Gobierno de Lakua son «bastante coincidentes» en su estimación, mientras que afirmó que los sindicatos no habían dado cifras, pese a la pormenorizada relación de incidencia en industrias que ofrecieron las centrales. GARA

Cayó el consumo de energía

El periodista Mikel Aramendi analizó el consumo de energía en el Estado español durante la jornada de huelga y que, en comparación con la víspera el día posterior, muestran una caída de en torno al 4%, que alcanzó en algunas horas diferencias de más de 1.300 megavatios. Según Aramendi, la diferencia en el consumo industrial supondría que más de 700.000 personas en el Estado español no trabajaron en esa jornada, lo que, aunque no pueda relacionarse directamente con la huelga, tampoco se debe a diferencias de festivos o condiciones meteorológicas. GARA

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