Alrededor de mil personas, en su mayoría inmigrantes musulmanes, se manifestaron ayer por la tarde en el centro de Atenas para denunciar la actitud de los policías griegos, a los que acusan de haber profanado el Corán mientras identificaban a cuatro ciudadanos sirios. Según relataron, uno de los agentes arrancó una de las páginas del libro sagrado y la pisoteó. La dirección de la Policía afirmó haber abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido. La marcha, convocada por organismos de izquierda y antirracistas, tenía previsto finalizar ante el Parlamento.

Un fuerte dispositivo policial bloqueó las principales calles del centro. La semana pasada, una decena de inmigrantes y agentes resultaron heridos en los enfrentamientos que se sucedieron tras una protesta similar, que no tuvo el respaldo de las principales organizaciones musulmanas de Grecia.

Ahmet Moavia, presidente del Foro de Inmigrantes, explicó a la agencia France Presse que su organización no secundaba la manifestación porque «el problema de los derechos de los inmigrantes, incluido el religioso, se resuelve a través del diálogo».

Para Naim al-Gadur, responsable de la Unión de Musulmanes, «los musulmanes árabes no participarán porque es una trampa política que no tiene nada que ver con el Islam. Presentamos una denuncia contra la Policía. Elegimos la vía de la justicia y la paz», añadió.