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Análisis | EL plan económico y deportivo de la Real Sociedad

Loren ha salido debilitado y de sus decisiones dependerá el futuro

 El problema no es retirar la oferta de renovación a Lillo. En la situación de ansiedad que vive el club no se puede ofrecer renovar a un técnico en febrero tras perder un partido que dejaba a la Real octava a siete puntos del ascenso.

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Joseba ITURRIA

La Real cierra hoy una semana intensa tras quedar sin opciones matemáticas de ascenso, en la que en lo económico se han trasmitido noticias muy optimistas y en el deportivo ha quedado mal Loren, la persona que deberá acertar en sus decisiones más que hasta ahora.

El caudal de información económica y deportiva dada el miércoles por el Consejo y su director deportivo ha dejado dos sensaciones distintas. Aperribay ha salido fortalecido y Loren se ha debilitado ante la afición, pese a que se han aprobado todas sus propuestas tras ver que la continuidad de Lillo no era consensuada.

El plan de viabilidad ha hecho bueno el cambio de diciembre. Hace menos de doces meses Badiola cerraba su primer medio año con seis millones más gastados sobre lo presupuestado, sin asumir los pagos, anunciando -en una Junta repleta de mentiras hacia los accionistas- a Cagigao como director deportivo y un fichaje para jugar en Segunda, Villanueva, que costaba tres millones... Fue destituido en diciembre sin presentar cuentas, presupuesto ni plan de viabilidad. En junio este Consejo va a poder pagar a los jugadores, ha presentado cuentas, un proyecto deportivo, un plan de viabilidad y una propuesta de convenio de acreedores que permiten ver el futuro económico con más optimismo. Pero ni eso ni fichar por 300.000 euros a un delantero que ha marcado diez goles impide que Erreala Askatu y la plataforma 5% hayan anunciado dos días después su voluntad de pedir elecciones y promover un «invierno caliente». Los primeros no tienen mayor fuste y la clave está en lo que haga Cantillo. Parece que no tiene intención de utilizar sus acciones para convocar elecciones de manera urgente, lo que sería un disparate en julio-agosto. Pero no habrá paz social si no hay buenos resultados de inicio.

Y eso que no han visto fisuras al plan de viabilidad. Lo único que algunos han criticado por escaso -la previsión de vender a Riesgo y Bravo por 1,6 millones- no es conservador. Los dos estuvieron en el mercado el pasado verano y la Real no pudo sacar un euro. Y es que lo único que se puede cuestionar al plan de viabilidad es que sus previsiones no son tan conservadoras como dicen. De seguir en Segunda el número de abonados descenderá y también otros ingresos.

Por eso toda viabilidad pasa por subir a Primera. La figura de Loren ha quedado debilitada tras un año de máximo responsable deportivo y el caso Lillo, que lo dejó en mal lugar al decir que le ofreció renovar en febrero tras perder con el Hércules. Apenas hay quien defienda ahora la continuidad de Lillo pese a su buen trabajo. Ante ese estado de opinión, la ansiedad que rodea a la Real, y la imagen que ha dado el equipo en Anoeta no se puede defender la continuidad, no de Lillo, sino de cualquier técnico que no logre el ascenso.

El problema no es retirar una oferta de renovación y cambiar de opinión. Loren no puede ofrecer renovar a Lillo en febrero tras perder un partido en el que el ascenso se alejaba a siete puntos reales y se estaba octavo. Si dos partidos después ya hubiera resultado insostenible su continuidad de perder contra el Sevilla B... Esa revelación es la gota que colma el vaso a la hora de dudar de Loren y la facilidad con que toma decisiones. Ser un ejemplo como jugador, como Bakero, no es ningún aval para ser un buen director deportivo y no se puede ir contra la lógica de la Segunda ni contra la urgencia que rodea a la Real. Es un riesgo la elección de Martín Lasarte por su desconocimiento de la categoría, aunque cabe esperar que cumpla el perfil que dibujó Loren y sea un acierto.

Más difícil de entender resulta que, si se cambian las personas y el estilo del cuerpo técnico, no se haga lo mismo con el del segundo equipo tras el descenso, cuando Imanol Idiakez es un seguidor declarado de Lillo. Tampoco es normal que ocho jugadores de un equipo que desciende a Tercera hagan la pretemporada con el primer equipo y que parece que no haya ninguno del Real Unión, que se ha paseado en su categoría.

La Real no tiene más alternativa que mirar a la cantera y la teoría manifestada por el Consejo y Loren el miércoles es la única válida. A principio de la pasada temporada entraron en el equipo siete jugadores y los dos que han dado un mayor rendimiento calidad-precio han sido los dos canteranos, Zubikarai y Agirretxe. La cantera siempre responde, pero no se puede limitar al Sanse. También han salido de Zubieta jugadores como Otermin, Gurrutxaga y Beobide, básicos en el líder de Segunda B, que han hecho más méritos que algunos de los que van a estar con el primer equipo. Y no conviene que la plantilla sea excesivamente joven. El Athletic, con mucho más dinero, ha fichado de Segunda B a Tokero, Koikili y Balenziaga, y a Armando de Segunda. ¿A la Real no le vale para su plantilla ningún jugador del Real Unión?

También la teoría de los refuerzos necesarios para completar la plantilla con tres o cuatro jugadores ofensivos es la correcta. La Real no puede destinar un millón de euros en fichas de Gerardo y Rivas cuando en esos puestos hay jugadores de la cantera de garantías. Jugadores como Sergio y Marcos, si sigue, aportan cosas que no hay en casa, pero los errores con el resto de los fichajes del pasado verano deben servir para aprender.

Se apunta como objetivo a un delantero uruguayo de 23 años que conoce Lasarte y que ha fracasado en su primera experiencia en Europa en Italia. Si se analizan las plantillas de los equipos que han ascendido en los últimos años a Primera se observa que casi todos conocían la Segunda y el fútbol español.

La Real no puede experimentar con jugadores como Necati o Dramé. Parece mucho más adecuado fichar a los mejores jugadores de Segunda que acaben contrato o a los que se han salido en Segunda B en equipos filiales, no tengan ofertas de Primera y que garantizan un rendimiento inmediato que se va a necesitar, porque las urgencias van a estar presentes en cualquier proyecto realista.

La Real, con sus siete millones para fichas de jugadores y la suerte de poder completar su plantilla con jugadores canteranos que aportan nivel y un coste escaso, puede pagar más que otros equipos. Hay una veintena de jugadores en Segunda muy interesantes para la Real. Si en vez de ficharlos se buscan experimentos, no sólo deja de incorporar jugadores que garantizan rendimiento inmediato. Se permite que los tengan los rivales.

Por eso Loren y Lasarte tienen que acertar con esos tres o cuatro fichajes que rindan desde el inicio, porque ni el técnico ni los jóvenes ni los fichajes van a tener tiempo. Ahí está la clave. No va a haber tranquilidad si no hay resultados buenos desde el inicio, porque habrá movimientos alrededor del club. Por eso es fundamental que desde ahora el director deportivo acierte mucho más con sus decisiones para que la estabilidad llegue al club y para que su figura se refuerce.

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