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Los juguetes más caros para las secuencias más espectaculares

«Transformers: La venganza de los caídos»

Michael Bay es un niño grande que se entretiene con juguetes muy caros, ya que la segunda entrega de «Transformers» ha arrojado unos costes de producción de 200 millones de dólares, a los que hay que añadir otros 150 más en gastos de promoción, cubiertos en parte por las marcas patrocinadoras. Las secuencias más espectaculares han sido rodadas en formato IMAX, con tomas aéreas de las Pirámides de Luxor nunca antes vistas en una pantalla gigante.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Hace poco se anunció que Michael Bay se iba a convertir en el director de cine mejor pagado, porque la Warner le había ofrecido cincuenta millones de dólares para realizar la adaptación en imagen real de la serie televisiva japonesa de animación «Thundercats». Bay es de esos cineastas comerciales que lleva toda la vida diciendo que algún día hará una película pequeña, se supone que para demostrar que también sabe dirigir con un presupuesto reducido. Pero hasta la fecha lleva realizados ocho largometrajes, y todos ellos son costosas superproducciones.

Los estudios se pelean por sus servicios, así que en su oficina se acumulan las ofertas, hasta el punto de que ha tenido que retrasar un año el rodaje de la tercera entrega para la franquicia «Transformers» porque no da abasto. Los ejecutivos de las grandes compañías le quieren por ser el más rápido, el único que entrega el material filmado y montado en la fecha tope. Claro que esa eficiencia la logra a costa de comportarse como un histérico con su equipo, sin permitir el más mínimo retraso.

Michael Bay cumple con la segunda parte de «Transformers» lo prometido a su público, que espera una mayor espectacularidad que en el título precedente. Para lograrlo, el director ha optado por ampliar las localizaciones por medio mundo, con impresionantes batallas que tienen lugar en Luxor (Egipto) y Petra (Jordania).

A la vez, los efectos de animación han sido perfeccionados, hasta lograr que la interacción entre los robots y los humanos sea mayor que en las anteriores entregas. De este modo, se trata de hacer olvidar el origen de los Decepticons y los Autobots, los juguetes transformables creados por la compañía Hasbro en 1984, y que cada vez están más desarrollados como máquinas bélicas.

Una producción de Steven Spielberg

Michael Bay hizo sus primeras películas con el productor Jerry Bruckheimer, por lo que se orientaban hacia el cine de acción violenta, con explosiones y tiroteos. El ciclo empezó en clave paródica en 1995 con «Dos policías rebeldes» y concluyó con su secuela en el 2003, quedando en medio «La Roca», «Armageddon» y «Pearl Harbor». Las tres siguientes las ha realizado ya para Steven Spielberg, y de ahí que tengan un corte más fantástico. «La isla» no funciono cómo se esperaba, pero sí las dos entregas de «Transformers». A Spielberg le ha costado asimilar el humor empleado por Bay, que no se toma muy en serio a los personajes y los superficiales argumentos que protagonizan. M. I.

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