Las autoridades italianas ordenaron suspender la aplicación del Tratado de Schengen, que prevé la libre circulación de ciudadanos de la UE, hasta el 15 de julio debido a la celebración de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G8 en L'Aquila del 8 al 10 de julio.

Los ciudadanos europeos que quieran viajar a Italia deberán pasar los controles fronterizos, en los que se les pedirá el pasaporte o el documento de identidad. Roberto Maroni, ministro del Interior, lo comunicó previamente a los firmantes del Tratado de Schengen.

No es la primera vez que Italia ordena la suspensión temporal de Schengen. En 2001 ya la hizo con ocasión de otra cumbre del G8, la de Génova, que registró altos niveles de represión policial.