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Ion Auza Macuso | Iruñea

De trepas y mentiras

Con esta carta, y tras leer detenidamente la respuesta de Ioseba Eceolaza, quiero dar por finalizada la polémica en torno a los hechos acontecidos hace poco más de un año, en los cuales acabé detenido gracias al «protagonismo» del parlamentario foral, si bien es cierto que no me he quedado satisfecho con la contestación a mi carta realizada por Ioseba.

La razón no es otra que el parlamentario sigue mintiendo y sigue presentándose como víctima. Durante estos meses he meditado con detenimiento llevar a los tribunales al parlamentario navarro por las acusaciones e injurias que desde el primer momento vertieron sobre mí, tanto él como Batzarre. Por muchas razones, creo que no merece la pena.

Ioseba incide en que únicamente conocía a dos hermanos Auza, cuando yo tengo su misma edad y fuimos al mismo curso, pero diferente clase, en la ikastola. Además, después de abandonar la ikastola coincidimos en más de una ocasión, por ejemplo, en el fondo sur del Sadar.

Dice en su escrito que «tal vez, algún buen día, nos pidan disculpas [a él y Batzarre] por todo lo que hemos tenido que escuchar y leer en paredes, baños, correos y foros antes, durante y después de esta agresión». Quizás únicamente lea lo que a él le interesa, porque a mí en esos foros que él cita me han tratado de todo; así pues, sigue tergiversando a su antojo todo lo acontecido.

Afirma Ioseba que «además de la verdad judicial está la verdad real. Y los dos sabemos lo que ocurrió allí», y me culpa de mi silencio. Sé perfectamente lo que ocurrió aquella noche, desde el Bar Cancha, donde estuvieron cenando, hasta el Bar Katos. Si algo realicé tras mi detención fue seguir sus pasos para eludir la pena de prisión que solicitaba para mí. Sé que tuvieron más de una bronca ese día y que no bebió únicamente dos cervezas hasta las seis de la mañana, como afirmó en el juicio. Es verdad, y tengo que decir que sigue mintiendo en lo referido a la supuesta agresión. En los foros a los que alude, una persona que se identifica como amigo de Ioseba se regodea de la paliza que dieron a esos dos «matones» de la izquierda abertzale. Si bien es cierto que no merece la pena ningún foro, por el anonimato en el cual están resguardados. Pero cualquiera puede observar que no ocurrieron los acontecimientos tal y como él los cuenta.

Ioseba acepta la verdad judicial a su manera, incidiendo que hay una persona condenada por la agresión. No hace mención de que Batzarre y él solicitaron un juicio por delito, el cual nos podía haber acarreado prisión, y como, en opinión del fiscal, los acontecimientos no fueron graves, éste solicitó un simple juicio de faltas y mi hermano y yo quedamos absueltos. Una pena que un parlamentario que dice representar a parte de la población navarra de izquierdas y «vasquista» realice estas penosas actuaciones.

Una sugerencia para «listillos»: si un simpatizante de un partido político, de un equipo de fútbol o de una peña sanferminera comete un delito o insulta, tiene que ser juzgado, nombrado, alabado o condenado quien realiza ese acto, con nombre propio... no el partido político al que vota, el equipo de fútbol que admira, etc. Y es que para los más «derechosos» todo es ETA, y para algunos «trepas» todo es izquierda abertzale.

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