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En busca de la Europa League

Una piedra para poner a prueba las teorías pesimistas

El Athletic recibe al Tromsoe evitando los excesos de confianza para no repetir los errores que le llevaron a caer ante el Young Boys.

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ATHLETIC-TROMSOE

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

Un solo paso separa al Athletic de la Europa League. Un paso que requiere superar una piedra con nombre noruego, Tromsoe, a la que le toca poner en prueba la teoría más pesimista.

La previa del encuentro, sin embargo, no invita a pensar en que el Athletic vaya a repetir el tropezón que protagonizó ante el Young Boys en San Mamés. Para empezar, porque tiene tres partidos de competición oficial en las piernas. También porque, en cuanto se conoció el resultado del sorteo, la hierba artificial en la que se disputará la vuelta o el orden de los partidos dejaron lugar a las dificultades que puede entrañar, per se, el juego del rival. Los rojiblancos, además, no se han cansado de repetir lo dura que puede resultar la eliminatoria ante un equipo sumamente rodado -hace casi medio año que comenzó la Liga noruega-, de indudable fortaleza física y con la ilusión redoblada ante lo que se ha convertido en su gran objetivo de la temporada, visto que los resultados no le están acompañando en la competición doméstica.

Las continuas advertencias tampoco faltaron ayer en el discurso de Joaquín Caparrós, que aseguró que su equipo afronta la eliminatoria -incluso este primer partido, en el que el factor campo, con Bilbo en fiestas, debe dejarse notar- «con el máximo respeto» hacia el rival. «Si no estamos a un alto nivel, puede volver a pasar como con el Young Boys», reconoció.

Rotaciones

Incluso la manera de afrontar este envite, y una «pretemporada oficial» -siguiendo los términos oídos ayer en Lezama- tan exigente como la de este año varía respecto a lo que se vio, no ya en la eliminatoria anterior, sino incluso la temporada pasada. Al menos en lo que respecta a las rotaciones, que tantas críticas -su ausencia, en realidad- le costaron a Caparrós.

El técnico es consciente de que cargar a una docena de jugadores en tan poco tiempo puede tener consecuencias negativas, tanto para los propios elegidos de cara a otra larga temporada -más aún si se supera el test ante el Tromsoe-, como para el rendimiento del equipo en estos encuentros, que no permiten demasiados respiros.

Lo cierto es que ya hubo cambios de un partido a otro en la clasificatoria anterior, también en la convocatoria frente al Barcelona y vuelve a haberlos hoy. Y de nuevo con pesos pesados de por medio, no en vano se queda fuera de la lista Pablo Orbaiz, además de Koikili, Igor Gabilondo y Gurpegi, todos ellos titulares el pasado domingo en la Supercopa. A cambio, regresan a la convocatoria David López, Ion Vélez y dos de las sorpresas, por su ausencia, en la última convocatoria, Iker Munian y Javi Martínez. Es posible que los dos últimos -seguro en el caso del centrocampista- partan, además, en el once titular, al que también regresarán Amorebieta, Castillo, Yeste y, quizá, Toquero.

Un equipo en el que también partirá Llorente, la indiscutible referencia rojiblanca para los noruegos. No hay una sola entrevista o rueda de prensa en la que no salga a relucir el nombre del delantero, aunque Per Mathias-Hoegmo asegura que sus defensas están acostumbrados a vérselas con arietes de características parecidas y, por tanto, capacitados para frenarle.

La despreocupación relativa del entrenador noruego no se limita a Llorente. Pese a considerar al Athletic favorito para la clasificación, Hoegmo cree que sus hombres deben fijarse lo justo en su rival y centrarse en «intentar explotar nuestras virtudes». El técnico, de hecho, cree que el Tromsoe, lejos de lo que se espera, debe salir a San Mamés «con un espíritu atacante, para intentar llegar al partido de vuelta con el mejor resultado posible. Tenemos que intentar dar lo mejor que tenemos».

Sin prisas

Lógicamente, coincide en ese aspecto con su homólogo, que también espera ver la mejor versión del Athletic. A la hora de plantear el choque, Caparrós prevé un Tromsoe con las «líneas muy rígidas», ante el que los bilbainos tendrán que «mover la pelota, jugar con velocidad y ocupar los espacios».

El utrerano también concede especial importancia a la calma. No quiere que sus hombres se dejen llevar por la presión de un buen resultado, sino que tengan «tranquilidad, debemos madurar la situaciones y no volvernos locos porque hay noventa minutos para sacar un resultado positivo».

Con lo que ya cuenta es con la «mentalización» de sus jugadores ante un duelo «muy importante para toda la familia del Athletic».

 
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