La imaginación contra el poder. Un imperativo vital, una delicia antisistema. «Hoy en día nos resulta más fácil imaginar el deterioro de la Tierra y de la naturaleza que el derrumbe del capitalismo», apunta el escritor Fredric Jameson. «Y puede que esto se deba a alguna debilidad de nuestra imaginación». Inténtalo, imagina mientras sepas. Fantasea, sueña, inventa...

Planeta Tierra, 17 de setiembre de 2009. Año cero, primer día de «la nueva era postcapitalista». Miles de personas y cientos de colectivos de todo el Estado se declaran «en rebeldía del viejo mundo» y se suman al llamamiento «Podemos vivir sin capitalismo» (www.17-s.info). Pretenden «replantearse el funcionamiento de todas las cosas» y quieren «poner en marcha, no sólo de palabra, sino de hecho, el vivir de una manera cuya práctica sea constitutiva de un nuevo paradigma de sociedad». Van despacio porque van lejos. No pararán, afirman, «hasta que la vida después del capitalismo sea una realidad».

Sacar todo el dinero del banco. Crear tiendas gratuitas, mercados de intercambio y monedas complementarias. Colectivizar los recursos básicos que no se utilizan: tierras para cultivar, pisos vacíos para vivir... La imaginación contra el poder. La quimera de que algún día la vida no duela.

¿Podemos vivir sin capitalismo? Desde Chiapas, alzados frente a este criminal sistema, comprometidos con un otro mañana, los zapatistas hace años que resolvieron esa duda. «La pregunta no es si podremos cambiar el rumbo asesino del poderoso. No. La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿podremos vivir con la vergüenza de no haber hecho todo lo posible por evitar y detener esta guerra?».