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Ignacio Liceaga Ochotorena Portavoz de Kaltetuak, asociación de afectados por incineradora

El que contamina paga. Con la incineradora, ¿quién paga?

Las campañas de sensibilización son simbólicas y deficientes, para justificar luego su decisión previa en favor de la incineración

Estimamos como muy acertadas las manifestaciones del Sr. Ortega (presidente de la Mancomunidad de San Marcos) dirigida al Sr. Ormazabal (diputado de la política «sostenible» de Gipuzkoa y presidente del Consorcio ), afirmando que éste frena iniciativas, que no ha visitado Usurbil para interesarse y vivir las impresiones del pueblo piloto de recogida puerta a puerta, etcétera. Nosotros, a su vez, apreciamos que las campañas de sensibilización son simbólicas y deficientes, para justificar luego su decisión previa en favor de la incineración. Pero, con su gran coste y en época de penurias económicas, ¿es esto sostenible? Entendemos que se juega a quedar bien, ya que en realidad se desatiende y no se responde a las preocupaciones de la ciudadanía, tampoco a las sugerencias que se le hacen. Dado que con respecto a la salud, según dicen los especialistas, los niños son los más afectables, recordemos solamente que en una ocasión respondió diciendo que en el Consorcio también había familiares de niños y que la incineradora no tendría efectos negativos en la salud. Pero, por otro lado, ningún pueblo quiere para sí una instalación de ese tipo.

El Sr. Ormazabal desoye y desconsidera así, de un plumazo, todos los manifiestos efectuados por científicos de todo el mundo. También es incierto lo que dijo en agosto del presente año, al afirmar que nadie en Gipuzkoa había propuesto ninguna solución alternativa. Porque desde 2005 está presentado en el Palacio Miramar un Plan Director de Gestión de los Residuos de Gipuzkoa (2005-2020), redactado por más de cuarenta profesionales de todos los estamentos técnicos, en la línea de potenciar las políticas de respeto al medio ambiente y a la salud de las personas y, por otro lado, a la participación de la sociedad. Se trata de un plan que fomenta la reducción, la reutilización y el reciclaje, compostando la materia orgánica y aplicando el biosecado o biometanización, pudiendo además obtener biogás. Este plan ha sido apoyado en muchos artículos de prensa, pero él los desatiende por sistema. ¿Se le puede llamar a éstas maneras, actuación responsable? Cuando hay una sensibilidad mundial para reducir gases de combustión (¡y en esta ocasión gases de qué naturaleza!), cuando basta con ver los esfuerzos que están haciendo el mundo de la automoción... aquí con la incineradora iríamos en sentido contrario. ¿Es esto sostenible?

Debería imperar el principio de «el que contamina paga». De proseguir el Consorcio con el Sr. Ormazabal al frente esto no se va a cumplir, porque lo vamos a pagar los ciudadanos con la salud, principalmente. Pero también económicamente, porque el recibo de basuras va aumentando y aunque lo soportaran las arcas públicas, es también nuestro dinero. Además, los residuos procesados por incineración resultan un 70 % más caro que por biosecado, por ejemplo. Y así año tras año. ¿Es esto sostenible? ¡Qué fácil se utiliza el dinero público!

Sentimos decir esto y decirle a usted, Sr. Ormazabal, que un cargo no da carta blanca para hacer lo que a uno le venga en gana. Así vamos muy mal y contrae usted una gran responsabilidad para con todos nosotros, y si continua así, los partidos que lo apoyan tendrán reflejo en los resultados de las posteriores elecciones, ya que con la salud no se juega.

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