Pese a todo lo acontecido en el Franz Horr, la de ayer fue una noche memorable para el Athletic, que no sólo certificó su presencia en 1/16 de final de la Europa League, sino que en dos semanas se disputará la primera plaza del grupo con el Werder Bremen en San Mamés, para lo que deberá imponerse a los alemanes por un mínimo de 2-0.

Será un duelo por todo lo alto, porque si el Werder atraviesa un momento dulce, qué se puede decir de los bilbainos. A sus cuatro jornadas en positivo en Liga, añadieron anoche un triunfo contundente en el no faltaron las dosis de fortuna, pero tampoco el saber hacer del equipo.

No tanto en un primer tiempo en el que el Athletic, incapaz de retener el balón, se limitó a comprobar cómo su rival se estrellaba con sus propias limitaciones. En menos de viente minutos, la suerte ya le había sonreído. Porque acertó en su primera ocasión y porque el árbitro no vio el fuera de juego de Javi Martínez, encargado -tras dos remates consecutivos al larguero de Yeste y San José- de centrar para que Llorente anotase el 0-1.

Pese a un par de sustos, el Athletic llegó al descanso con la clasificación en el bolsillo. Los sobresaltos se recrudecerían nada más reiniciarse el partido, pero con la grada como protagonista. Y lo curioso es que a los bilbainos no les sentaron nada mal.

En otra jugada con un par de rechaces, San José empalmó una volea que dio en el larguero y un palo antes de convertirse en el 1-2. Y se armó la marimorena.

Pero los jugadores tuvieron que regresar al césped y los bilbainos lo hicieron en su mejor versión, capitaneados por un Fran Yeste espléndido. Esta vez sí tuvieron balón y además supieron moverlo, fruto de lo que llegaron unas cuantas ocasiones claras. Fernando Llorente, pitxitxi del torneo, aprovechó una de ellas para establecer el definitivo 0-3.