Ares y Urquijo han hecho del ataque a los familiares de prisioneros políticos vascos el leit motiv de su acción «política». Confían en que castigando a los más débiles condicionan la estrategia política del independentismo vasco. Una vez más se equivocan: la sociedad vasca ha mostrado su solidaridad en infinidad de ocasiones. Lo volverá a hacer el próximo 2 de enero. Pese a Ares y Urquijo.