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«Debemos prepararnos para confrontar en la negociación colectiva de 2010»

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Oihan OSTOLAZA I Secretario de política de empleo de LAB

La negociación colectiva en 2010 supondrá un pulso entre los empresarios y los trabajadores. No estará equilibrado, porque la Administración pública está de parte de los empresarios. Si a ese desequilibrio se suma la negociación en Madrid de reformas laborales, nuevas reglas de juego en la negociación de convenios y de las pensiones, está claro que a los trabajadores «sólo nos queda la pelea».

Juanjo BASTERRA |

¿Cuáles son las principales demandas de LAB para la negociación colectiva de 2010?

Nos quieren hacer creer que en el actual contexto de crisis no hay margen para las reivindicaciones, que la situación mejorará cuando se recupere la economía. Ni los salarios ni las condiciones laborales son las responsables de la crisis, ni del aumento del desempleo como dice la CEOE. Tampoco es cierto que la recuperación económica se traduzca en una mejora para la clase trabajadora. En 15 años de crecimiento económico se ha precarizado cada vez más el mercado laboral. En este sentido, es más necesario que nunca seguir reivindicando mejoras.

¿En qué se concretan?

En subidas salariales por encima del IPC, en medidas para atajar la precariedad del mercado laboral, en actuaciones reales y no formales para impulsar la igualdad de oportunidades y en propuestas para mejorar la salud laboral.

¿Cree que será dura?

La negociación va a ser muy dura. Las diferentes declaraciones de la patronal en este sentido demuestran su prepotencia y nula voluntad de que haya una negociación con contenidos. En estos momentos la correlación de fuerzas es totalmente favorable a la patronal, que se aprovecha de la precariedad para ampliar el margen de beneficio, pero también para neutralizar la capacidad de lucha de la clase trabajadora. Por medio de la movilización y la lucha hay que ir mejorando la correlación de fuerzas y obligar a la patronal a que dote de contenidos los convenios. La única garantía de no retroceder aún más en nuestros derechos es la confrontación con la patronal.

¿Qué piensa de que UGT Euskadi demande que la contratación temporal se reduzca hasta el 8% como ha manifestado su secretario general, Dámaso Casado?

Que UGT aquí y en este contexto defienda la limitación de la temporalidad suena a chiste porque el diálogo social practicado en Madrid está plegado a los intereses de la patronal. Es el que ha posibilitado reforma tras reforma las inaceptables tasas de temporalidad. UGT es parte de esos acuerdos. No nos parece que sea de recibo lanzar estos titulares cuando tenemos la certeza de que en las mesas de negociación no van a confrontar para que se reduzca la temporalidad.

Dámaso Casado reconoció que no pueden alcanzar un acuerdo de reducción de la temporalidad en la mesa de diálogo social en la CAV. ¿Para qué sirve?

Para dar cobertura social al Gobierno de Patxi López. No para mejorar la situación de los trabajadores. La patronal no está dispuesta a perder su posición de fuerza, sus privilegios, y en estos momentos no va a dotar de contenido ninguna mesa de diálogo social. Hay que pelear para que las instituciones y la patronal se sientan obligadas a respetar las demandas y necesidades de las y los trabajadores.

¿Cree que la crisis va a servir de excusa a los empresarios para hacer retroceder en las condiciones laborales?

Así está siendo. Están ajustando el empleo e intentan imponer nuevos recortes. Nos hablan de la necesidad de nuevas reformas y se darán. En estos momentos lo que está en juego no es sólo la respuesta que tenemos que dar ante una situación coyuntural sino si se sientan o no las bases para seguir desregularizando aún más el mercado laboral.

¿La negociación colectiva estará condicionada a lo que se acuerde en Madrid?

La finalidad de los diferentes Acuerdos Interconfederales de Negociación Colectiva (ACN) hasta el momento ha sido la de garantizar la paz social por encima de los intereses de los trabajadores. No va a ser una referencia a tener en cuenta para LAB. No admitiremos imposiciones de quienes pretenden condicionar la negociación colectiva en Euskal Herria.

¿Qué le parece que haya unos 250.000 trabajadores en Hego Euskal Herria que perciben salarios inferiores a los mil euros y las empresas, por el contrario, estén repartiendo dividendos récord en plena crisis?

La precariedad salarial va en aumento. La riqueza generada no se reparte de forma equitativa y las desigualdades sociales crecen. Hay que luchar por un reparto más justo de la riqueza y en este sentido el aspecto salarial en la negociación colectiva es clave para el conjunto de la clase trabajadora, pero en especial para este colectivo para el cuál hay que pedir un salario mínimo garantizado de 1.200 euros, siguiendo las recomendaciones de la Carta Social Europea, el 60% del salario medio en Hego Euskal Herria.

Según UGT, 100.000 trabajadores que trabajan en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se rigen por convenios firmados en Madrid. ¿Hay que dar la vuelta a esa situación?

Es evidente que hay que defender el marco propio de negociación colectiva por dos cuestiones principales: porque tenemos derecho a decidir en Euskal Herria las condiciones laborales de las y los trabajadores vascos y porque en general los convenios de ámbito del Estado español empeoran las condiciones de trabajo de los trabajadores vascos, por el modo de actuar de los sindicatos españoles y porque el nivel de vida del Estado español no es comparable al de Hego Euskal Herria.

¿LAB va a unir fuerzas con ELA y el resto de los sindicatos que conforman la mayoría sindical vasca para hacer frente a las agresiones que llegan y llegarán desde Madrid?

La unidad de acción es un activo, no sólo para responder a las agresiones del Estado sino también para seguir avanzando en la lucha por el cambio social y político que demanda la mayoría de los trabajadores. Por encima de las diferencias existentes estamos trabajando en esa dirección.

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