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La Diputación se apoya en doce estudios para defender el museo en Urdaibai

Los doce estudios preliminares encargados por la Diputación de Bizkaia para analizar la viabilidad de implantar un museo de la marca Guggenheim en Urdaibai avalan la «factibilidad» del proyecto y, de hecho, no encuentran en él más que factores positivos para la zona. Al parecer, el principal escollo sigue siendo de carácter político.

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Amaia EREÑAGA | BILBO

Aunque en declaraciones anteriores, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, anunciaba que la institución foral está decidida a llevar a cabo el proyecto de crear el nuevo Guggenheim en las actual ubicación de las colonias de la BBK en Sukarrieta, y que lo hará aunque sea en solitario; es decir, sin apoyo del actual Gobierno de Lakua, el mensaje de la diputada de Cultura, Josune Ariztondo, ayer fue bastante más conciliador.

Ariztondo presentó en Juntas Generales los resultados de los doce estudios encargados por el ente foral a empresas y firmas especializadas para analizar la viabilidad del futuro museo -hay que tener en cuenta que se instalaría en una zona sensible, con categoría de Reserva de la Biosfera-, y lanzó un llamiento al resto de los grupos políticos cara a «buscar las fórmulas de participación que permitan avanzar el proyecto con todas las garantías y el máximo respaldo». En su opinión, existe un consenso general sobre cuestiones básicas, como es la necesidad de ampliar el museo Guggenheim, buscar también la promoción económica de la comarca del Urdaibai y todo ello bajo el respeto al medio ambiente. A partir de ahí, dijo, habría que «construir el proyecto sobre las bases de los acuerdos y el compromiso de respetarlos».

Una crítica velada hacia el actual Gobierno de Lakua, ya que la diputada de Cultura recordó también que el proyecto nació con el visto bueno de todas las instituciones, y que todo se fue aprobando hasta «cuando expiró aquel Gobierno Vasco». Con la llegada del tándem PP-PSOE a Lakua, la consejería de Cultura se ha desmarcado del proyecto del nuevo Guggenheim. Ayer mismo, y en declaraciones a Europa Press, el secretario de Organización del PSE-EE, Alfonso Gil, expresó su convicción de que, tras la propuesta de la Diputación, «hay mucha operación electoral» porque el PNV sabe que sus ayuntamientos en la zona «penden de un hilo».

Posiciones críticas

En la presentación en Juntas Generales efectuada ayer, la actitud del resto de los partidos fue más prudente, aunque, a pesar de todo, crítica. A la espera de poder estudiar con detenimiento los doce estudios presentados por Josune Ariztondo, Joseba Geruzaga, representante de EA (Grupo Mixto) en la comisión de Cultura y Euskara, remarcaba la necesidad de realizar mejoras en las infraestructuras de la zona, independientemente del proyecto del museo, a la vez que lanzaba algunas preguntas sobre la ubicación elegida -«¿se ha ido a esta ubicación porque era la más fácil de gestionar, con un único propietario, que es la BBK?»-. Se mostraba, a su vez, preocupado por la inexistencia de un estudio medioambiental al respecto -en los estudios, se hablaba únicamente de directrices medioambientales-. Desde el PP, Arturo Aldekoa constataba, por su parte, la existencia de un probema medioambiental difícil de resolver e informaba, a su vez, de que su grupo había recibido un anuncio, por parte de Patrimonio de Lakua, en el que se les informaba de que se está estudiando proteger los edificios de las colonias de la BBK, donde está previsto que se instale el museo Guggenheim.

Por su parte, el grupo juntero de la izquierda abertzale, criticó duramente la «irresponsabilidad» del PNV y denunció que el anuncio de ayer «es un insulto a la inteligencia y un desprecio a los ciudadanos de Busturialdea. No podemos aceptar nada que quiera imponerse por medio de la intolerancia y la imposición». En su opinión, «la discusión que se está dando sobre el Guggenheim Urdaibai en este momento quieren reflejarla como una discusión entre dos instituciones. Pero los ejes se deberían centrar en el modelo socioeconómico que necesita Busturialdea y en la participación de todas y todos los habitantes de la comarca». Tras recordar que existe un plan de trabajo, presentado en 1998 y aprobado por el Gobierno de Gasteiz, en el que se plantean las directrices para un desarrollo sostenible de la comarca, más real y factible (denominado PADAS), critica que con «el proyecto del museo Guggenheim quieren imponernos un modelo totalmente desviado y trasnochado. Se basará en un modelo turístico muy concreto, que fomentará aún más la precariedad de los puestos de trabajo». El grupo juntero critica, a su vez, el lugar elegido para situar al museo, ubicado en terrenos que «pertenecen a Busturia, ayuntamiento gobernado por la Izquierda Abertzale y EA, con el cual la Diputación no se ha puesto todavía en contacto». Por ese motivo, la izquierda abertzale «exige respeto a los ciudadanos de Busturialdea, exige que de una vez por todas se desarrolle el PADAS utilizando para ello los 133 millones de euros previstos para la construcción del museo».

Un proyecto «nube»

La comparencia de la diputada de Cultura y la presentación de los doce estudios encargados sirvió para conocer las líneas maestras del proyecto de este controvertido centro de arte. En lo que respecta al concepto del museo en sí, de cuál es el «alma» de lo que se quiere construir -una parte muy importante del proyecto-, según se desprende del estudio encargado por Diputación a 35 expertos internacionales, son siete los puntos o «imágenes» que debieran definirlo y, que se podrían resumir de esta manera: que tanto la arquitectura como el paisaje sean singulares, que sea un centro de creación -con talleres y la figura del artista residente, e incluso de un foro de expertos- que trabaje relacionándose de forma estrecha con el paisaje y, principalmente, que sea como una «nube», es decir, que se convierta en una plataforma de «inspiración, diálogo y acción» que traspase las fronteras del centro.

Para materializarlo, en cuanto a las necesidades arquitectónicas, según el estudio realizado por Cooper Robertson & Partners, firma especializada en proyectos de expansión de instituciones culturales, se calcula que será necesaria una inversión aproximada de 133 millones de euros, aunque la firma puntualiza que no se han incluido otros costes posibles, difíciles de cuantificar, como el traslado de las colonias a un emplazamiento alternativo o la intervención en las edificaciones existentes.

Durante la construcción, que se estima se prolongue 3 ó 4 años, el impacto económico se espera que sea de 384,1 millones de euros, que se generen 3.536 empleos y que las Haciendas recauden 73,3 millones. En la fase de funcionamiento de la ampliación, que se espera que cuente con 6,8 millones de euros de presupuesto operativo, las previsiones calculan un impacto total de 78,1 millones de euros, la creación de 847 puestos de trabajo y una recaudación para las Haciendas de 17,3 millones de euros.

Además, se prevé que anualmente pasen por el lugar 148.000 personas, dato que se ha obtenido basándose en las encuestas efectuadas a 2.688 visitantes del Guggenheim Bilbao, a los que se les interpeló sobre si serían potenciales visitantes del museo de Urdaibai.

Frente a la revitalización económica, la cuestión medioambiental -una vez definido su diseño, Ariztondo informó que se procederá a la evaluación del impacto ambiental, aunque ya hay fijadas diversas directrices- es uno de los extremos más problemáticos del proyecto. No en vano, el emplazamiento elegido está situado dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en una finca de aproximadamente 8 hectáreas propiedad de la BBK y donde están situadas las colonias infantiles. Según el estudio, prácticamente toda la finca está afectada por la Ley de Costas, excepto una parte de los terrenos, unos 7.000 metros cuadrados donde sería posible construir. Cambiando parte de la clasificación del suelo a urbanizable, el total de edificabilidad de la parcela sería de 9.479 metros cuadrados, 5.702 de los cuales ocupa el edificio central de las colonias de Ricardo Bastida.

De esta edificación, sobre la que hay pendiente una petición de protección como bien patrimonial, el arquitecto Josep Maria Montaner destaca que ninguno de los tres edificios existentes cuentan con protección alguna y que, de hecho, el principal «desvirtúa la obra original, no respeta la obra del autor y es un collage utilitario de escaso valor arquitectónico», así como que «su emplazamiento es un obstáculo para la conservación y revalorización del entorno». En resumen, se trata de un conjunto de edificios «que no poseen especiales méritos».

LA MARCA

El proyecto, que se plantea como un «concepto cultural innovador», supone una apuesta por la continuidad de la marca Guggenheim-Bilbao, una «marca vasca», para Josune Ariztondo. El Guggenheim-Urdaibai costaría, de primeras, 133 millones de euros.

A ESTUDIO

Los grupos junteros se quedaron a la espera de analizar el estudio, aunque algunos dieron a conocer ya sus opiniones críticas. El PSOE cree que, tras Urdaibai «hay mucha operación electoral» y la izquierda abertzale consideró que el proyecto «es un insulto a la inteligencia y un desprecio a los ciudadanos de Busturialdea».

PREVISIONES

Se espera que el nuevo museo se autofinancie en un 37 por ciento (un 15 por sí mismo y un 22 por patrocinios y otras actividades) y se estima que la programación artística supondrá unos 2.776.000 euros, un 40 por cien del presupuesto. El presupuesto general será, en total, de unos 6,8 millones anuales.

La ampliación «discontinua» y un museo no al uso

¿De dónde surge lo que Diputación denomina como la «ampliación discontinua en Urdaibai» del Guggenheim-Bilbao? Básicamente de que en 2014 finaliza el plazo inicial de vigencia de los acuerdos del museo bilbaino con la Solomon R. Guggenheim Foundation y que lo que se busca es crear un nuevo marco de relaciones, amplificándolas... y ahí entra la idea de expandirse de un centro urbano a «un paisaje singular fuera del entorno urbano, aunque a corta distancia» de la capital. De las tres reuniones efectuadas tanto en Nueva York como en Bilbo, en las que realizaron consultas de miembros del Guggenheim con especialistas y artistas -algunos locales, como Jesús Mari Lazkano o Kirmen Uribe-, surgió básicamente el esquema de lo que debía ser el nuevo museo: no uno al uso, sino innovador, basado en lo natural, con una relación más estrecha entre artistas, museo y entorno -se crea la figura de artistas residentes-, que reforzase el peso del museo bilbaino en la red Guggenheim y sirviese también para impulsar a la comarca. En 2008, el Patronato acordó el lanzamiento de una primera fase de estudios preliminares, que fueron los que se presentaron ayer. A partir de ahora, se abre el proceso para su materialización y puesta en marcha... si hay consenso.A.E.

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