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El rector Lafuente esquiva la hoguera con Sayas (UPN) como Gran Inquisidor

La caza de brujas ha llegado a la UPNA. Su rector, Julio Lafuente, no ocultó ayer el estupor por tener que acudir al Parlamento a dar explicaciones por un informe que ni siquiera existe. Se salvó de la quema porque todos los grupos le absolvieron. Salvo UPN, claro está. Sergio Sayas llegó a pedirle que lidere una ofensiva estatal para expulsar a los estudiantes que creen incidentes.

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Ramón SOLA

En estos días en que hasta un juez se ha declarado amenazado por la extensión de la caza de brujas, un rector de universidad no iba a ser menos. Julio Lafuente tuvo que comparecer ayer en la UPNA para explicar cuál es su posición ante las movilizaciones estudiantiles. Como en las prácticas de la antigua Inquisición, la acusación se ha fabricado expresamente: nadie reconoce la paternidad del informe publicado por ``Diario de Navarra'' en el que se detallaban incidentes ocurridos el pasado año, y que al parecer eran simples apuntes de los guardas jurados. Lafuente se mostró entre estupefacto y dolido, más aún después de que el parlamentario de UPN Sergio Sayas enumerara los cargos en su contra.

Sayas, que ya ha prendido hogueras similares en el Consejo de la Juventud o el Ayuntamiento de Berriozar, insistió en que el rector debe dar explicaciones. «¿Qué se pretende, que sigamos tapándonos los ojos mientras los radicales toman la UPNA?», preguntó. Quería saber si existe un protocolo para retirar los carteles, por qué se permite realizar encierros, por qué hay «manifestaciones ilegales»... Lafuente era el acusado, pero su demonio particular lleva el nombre de Ikasle Abertzaleak, que, según Sayas, representa a la ilegalizada Segi en la UPNA.

«Proporción» y «desmesura»

El rector reconoció su delito en parte. Dijo que la UPNA se rige hace muchos años por «medidas preventivas», «atendiendo a la experiencia», buscando «minimizar las consecuencias negativas» y con «criterios de proporcionalidad». Explicó que si en la huelga de la primavera pasada no hubo delaciones ante los tribunales fue porque no tenían pruebas. Y que en las elecciones de noviembre efectivamente hubo protestas, pero porque algún candidato había sido detenido horas antes en la macrorredada contra la juventud de la izquierda abertzale. En resumen, que en la UPNA no pasa nada que no pase en otros sitios. Así que tildó este proceso público de «desmesura».

NaBai, PSN, IUN y CDN avalaron al rector. Patxi Zabaleta (NaBai) preguntó si lo que plantea UPN es «volver a los años 50, 60 y 70, priorizando el orden sobre otros valores». Para Román Felones, del PSN, «UPN ha caído en el exceso. Se han pasado y se les ha visto el plumero». Pero nada de esto le importó a Sayas, que elevó el tono en su segunda intervención. Llegó a pedir al rector que lidere una iniciativa «a nivel de España» para expulsar a estudiantes díscolos de las universidades. Y, por supuesto, que niegue subvenciones e incluso derecho de concurrencia electoral a las asociaciones que «realicen actos vandálicos», que identifique a manifestantes...

Todos remarcaron que UPN se había quedado solo, así que se podría decir que Lafuente esquivó el fuego purificador. Pero para ello tuvo que abjurar de cualquier sospecha: «Por si hay alguna duda, estoy en contra de cualquier tipo de violencia y en favor del Estado de Derecho, como rector y como ciudadano», explicó. Quizás a UPN eso le valga por el momento.

 

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