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La Policía española detiene a dos personas y registra la empresa Jai-Kit

Las oficinas de Jai-Kit fueron registradas ayer por la Policía española después de que arrestaran de madrugada a su encargado, Enrique Noya, y a Urko Izagirre, que trabaja en la empresa de montaje de txosnas junto a Adur Aristegi y Jon Rosales, detenidos la pasada semana. Tras los registros, fuentes del Ministerio de Interior afirmaron que habían encontrado un manual para la realización de explosivos que acabó siendo unos CD de música del grupo Cloratita.

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Oihana LLORENTE |

Los algortarras Urko Izagirre, Bosnio, y Enrique Noya, Kini, residente en Bilbo, se encuentran incomunicados después de ser arrestados durante la madrugada de ayer por la Policía española en el marco de una operación ordenada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.

Los abogados reclamaron ayer mismo la aplicación de las medidas contra la tortura y, aunque no obtuvieron respuesta, los allegados de Izagirre sí recibieron una llamada en la que se informaba de que éste se encontraba ya en Madrid.

Los dos detenidos son compañeros de trabajo de Adur Aristegi y Jon Rosales, arrestados el pasado miércoles en Girona y que han relatado haber sufrido torturas a manos de la Guardia Civil. Los cuatro vizcainos trabajan -Noya es el encargado- en la empresa dedicada al alquiler y montaje de txosnas Jai-Kit, muy arraigada en la organización de fiestas populares de Euskal Herria y cuyas oficinas, situadas en un polígono industrial de Abadiño, fueron registradas por los efectivos policiales.

Los medios españoles centraron sus primeras informaciones en la actividad de esta empresa, difundiendo los nombres de los jóvenes que en su día formaron parte de su plantilla y que ahora se encuentran en prisión por diferentes motivos. Ejemplo de ello es que se destacaba que, entre el material incautado, había «varias cartas en euskara pertenecientes a miembros de ETA en prisión».

Además de la inspección realizada en el polígono de Abadiño, la Policía española también procedió a registrar las viviendas de los dos detenidos, en Bilbo y en el barrio getxoztarra de Algorta, así como el domicilio familiar de Izagirre, también en Algorta.

CD de música

Las compañeras de piso de Urko Izagirre denunciaron que la Policía española tiró la puerta abajo sin ni siquiera tocar el timbre. Relataron que entraron cuando aún se encontraban en la sala y que esposaron y obligaron a estar tumbados en el suelo a todos los residentes en la vivienda durante cuatro horas, tiempo durante el que se completó el registro.

Antes, sobre las 23.30, la Policía se personó en la vivienda de los padres de Izagirre, en la que éste ya no se reside. Al no encontrarlo allí se dirigieron a su domicilio actual, quedándose algunos agentes custodiando a sus padres.

Las agencias españolas, sin precisar siquiera el inmueble, difundieron que la Policía habría hallado un libro titulado «Cloratita», una bombona de camping-gas, así como material informático y documentación relacionada con ETA.

El supuesto manual para la fabricación de explosivos tan sólo contenía dos CD con canciones de un grupo de música vizcaino que lleva por nombre el del comentado material explosivo.

Los informativos matinales de Radio Euskadi daban cuenta de que los dos arrestados eran «controlados» por las FSE desde hacía algún tiempo. No obstante, la mayoría de los medios incidieron en que «la pista que ha permitido los arrestos» fue la detención de Rosales y Aristegi, que denunciaron que la Guardia Civil intentó violarles con la punta de una escoba.

En principio, a Noya e Izagirre se les acusa de colaboración con ETA por «haber prestado una furgoneta para la comisión del atentado contra la casa cuartel de Calahorra», ocurrido el 21 de marzo de 2008, aunque, según fuentes policiales, ése no fue el vehículo utilizado como coche-bomba.

Satisfacción institucional

Tras conocer las detenciones, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, alabó a las Fuerzas de Seguridad del Estado y aseguró que «no pararán de acosar hasta que la debilidad de los violentos sea definitiva». El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también mostró su satisfacción desde los pasillos del Senado, mientras que el Gobierno de Lakua lo hizo a través de su portavoz, Idoia Mendia, tras la reunión del consejo de gobierno.

Por otro lado, cerca de 260 personas participaron en una manifestación que se llevó a cabo anoche en Algorta, en la que denunciaron el operativo y exigieron la puesta en libertad de sus convecinos. Movilización que repetirán hasta que finalice el periodo de incomunicación.

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