Las palabras de Jaime Mayor Oreja son un verdadero dislate, un disparate mayúsculo, tanto en lo referente a la negociación como en la comunión de intereses entre ETA y Rodríguez Zapatero para «debilitar España». Se acusa al ex ministro de paranoico y ciertamente en demasiadas ocasiones sus declaraciones y análisis van mucho más allá de lo que el sentido común permite ver. Pero al mismo tiempo cabe decir que Jaime Mayor Oreja es un político experimentado y, por lo tanto, sus declaraciones, realizadas en un foro que le garantizaba la máxima audiencia, tienen algún objetivo. La reacción de la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Saénz de Santamaría, puede ofrecer una pista al respecto. El PP sabe que hay un sector de la derecha española dispuesto a aceptar todo tipo de teorías conspirativas contra el Gobierno de Zapatero. Y el PP tiene un objetivo nítido: evitar que la izquierda abertzale pueda estar en las elecciones, no sea que les fastidie el llevar «el cambio» a diputaciones y capitales. Así que las tonterías de Mayor Oreja sacuden el árbol y el PP aprieta las tuercas a Zapatero para recoger las nueces de ese endurecimiento legal que está proponiendo.