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FÓRMULA UNO GRAN PREMIO DE AUSTRALIA

Albert Park devuelve el espectáculo

El vigente campeón, Jenson Button, fue el vencedor de una carrera loca y en la que la lluvia tuvo especial protagonismo.

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Imanol CARRILLO

Y decían que este deporte había perdido toda la espectacularidad de la que hacía gala hace unos años... Si alguien no vio la carrera de Albert Park (Melbourne, Australia), ya pueden hacer cualquier cosa para conseguir las imágenes de una prueba loca y con momentos de verdadera pasión automovilística.

El más rápido en cruzar la línea de meta fue el vigente campeón, Jenson Button (McLaren Mercedes), que acalló a muchos de sus detractores que decían que no era un piloto eficaz. Pero ese instante de la llegada sólo fue el final de una carrera llena de mil y una batallas dentro de la pista.

El primer conflicto se pudo apreciar pocos minutos antes de dar comienzo a la prueba. La lluvia hizo acto de presencia para complicar los planes de las escuderías, que tuvieron que poner los neumáticos intermedios.

Superado ese escollo, el siguiente se produjo en la salida, con un Fernando Alonso al que las ruedas le patinaron, problema que le hizo perder varios puestos además de sufrir un trompo en la primera curva que le relegó a la última plaza.

El más hábil en esos primeros instantes fue un Sebastian Vettel que poco a poco se iba alejando de sus seguidores, mostrando la superioridad de su pilotaje y del monoplaza.

La pista se fue secando tras remitir la lluvia. Ése fue el momento clave de la carrera. Button fue quien más arriesgó al cambiar los neumáticos y, aunque en un principio parecía que la estrategia no le iba a salir bien (casi se sale de la pista por la poca adherencia de sus ruedas), al final le dio la victoria. Visto lo visto, los demás pilotos calcaron al británico y entonces fue cuando más atractiva se puso la carrera.

Temblor de retrovisores

El monoplaza volvió a pasarle una malísima jugada a Vettel, ya que a los problemas sufridos en el escape de su coche en Bahrein, hay que sumarle la avería de uno de sus discos de freno en Australia, que le mandó fuera de la pista cuando la victoria estaba al alcance de sus manos.

Mientras, un imparable Alonso, al mando de su Ferrari, avanzaba posiciones sin cesar, hasta que se encontró con su compañero Felipe Massa. Bien por no perjudicar a su socio de escudería o bien porque el brasileño se defendió muy bien, el asturiano se vio frenado cuando venía bastante más rápido.

Este hecho hizo que los perseguidores se acercasen tanto que hasta el retrovisor del Ferrari comenzó a temblar de nervios. La estela de Lewis Hamilton, que se quería sacar una espinita por la detención que sufrió por conducir de manera «temeraria» por las calles de Melbourne, cada vez estaba más cerca.

A espaldas del británico venía Mark Webber, un australiano con ganas de dar una alegría a sus paisanos y que en la penúltima vuelta tocó por detrás a Hamilton cuando éste intentaba sobrepasar a Alonso. Los dos se salieron de la pista y se quedaron sin opciones para luchar por el podio. Pudieron reincorporarse pero ya era tarde, porque Button ya veía la bandera a cuadros que ondeaba el actor John Travolta. Por detrás de él entró un espectacular Robert Kubica, que sin hacer mucho ruido se subió a un podio que completó Felipe Massa.