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ANÁLISIS I nueva herramienta

Bolsa de renta fija para minoristas a partir del 10 de mayo

Una nueva herramienta va a ser puesta a disposición de los minoristas con el objetivo declarado por sus promotores de dotar a los mercados de la «máxima transparencia». Una forma sutil de admitir que hasta ahora era un coto cerrado para las instituciones.

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Alberto CASTRO I Analista bursátil

Los minoristas podrán acceder a una nueva plataforma electrónica para comprar y vender títulos de renta fija corporativa a partir del 10 de mayo. Este nuevo mercado, denominado SEND -Sistema Electrónico de Negociación de Deuda- se une a los ya existentes del AIAF y de la plataforma especializada de la Bolsa de Madrid. Es una oportunidad para operar con títulos de hasta 1.500 euros de nominal unitario. En esta nueva bolsa de renta fija, sin embargo, no podrán negociarse, por ejemplo, los polémicos pagarés emitidos por Nueva Rumasa o participaciones preferentes compradas en Alemania. Sus creadores, la propia AIAF Mercado de Renta Fija S.A., empresa integrada en el holding Mercados Financieros, que a su vez forma parte del holding Bolsas y Mercados, dicen pretender dotar al sistema de la máxima transparencia, una forma implícita de admitir que hasta ahora era poco menos que coto cerrado para las instituciones. Estos activos también se pueden negociar en el mercado electrónico de renta fija de la Bolsa de Madrid.

Hasta la fecha, si un minoritario ordena la venta de cualquier producto de renta fija antes de vencimiento, la única opción es dejar en manos de un intermediario, generalmente los mismos bancos comercializadores, la gestión completa de la operación. En pocas palabras, una vez dada la orden de venta, el propietario de los títulos sólo ve una caja negra que, con suerte y en un par de meses, le devuelve una transacción con pérdidas notables en el principal y fuertes gastos de intermediación y administración. La dificultad de encontrar comprador y los riesgos inherentes a la renta fija son los argumentos más socorridos para justificar comisiones y minusvalías.

Esta nueva bolsa se dedicar· a dar liquidez a aquellos títulos de renta fija en manos de minoristas, que pudieran estar obligados a no agotar el vencimiento o bien trataran de mejorar la rentabilidad de sus inversiones. Por el momento, facilitará la negociación de participaciones preferentes, bonos y obligaciones simples, obligaciones subordinadas, obligaciones con bonificación fiscal, cédulas y los pagarés con vencimiento superior a 6 meses. Cada uno de estos productos de deuda corporativa tiene sus propias características y no es extraño que los titulares ignoren la valoración actual de mercado -los cambios medios de AIAF publicados en la prensa poco ayudan- o las formas de acceder a su venta. El horizonte temporal de los activos susceptibles de negociación llega hasta las emisiones realizadas a partir del 1 de enero de 2009. Se pone en manos de los emisores y de los miembros del propio mercado la inclusión de títulos con fechas anteriores o de nominal superior a 1.500 euros. También se deja la puerta abierta a la aceptación en un futuro de activos de deuda pública y corporativa, emitidos en el Estado español y en el exterior

No obstante, como el movimiento se demuestra andando, se mantienen en pie muchas dudas, dado que el gestor es AIAF, centro de duras críticas de opacidad por parte de minoristas. Se ha anunciado que el sistema de contratación será por órdenes (multilateral) ó aplicaciones (bilateral), con operativa a vencimiento y contado. Por tanto, una claridad en la exposición al público de las horquillas de precios y una liquidación transparente deberán formar parte de su modo de trabajo. También se está a la espera de conocer las emisiones admitidas a negociación y los participantes efectivos en el mercado. En algunos foros de inversores ya han advertido de la necesidad de comprobar primero su anunciada transparencia antes de darlo por eficiente y válido.

La puesta en marcha de este mercado no tiene, sin embargo, antecedentes exitosos en otros estados, ya que fracasó en París, Londres y Fráncfort. Desde AIAF, sin embargo, sostienen que su experiencia les hace albergar más esperanzas debido a la fuerte implantación de la renta fija dentro del Estado español. No debemos perder la perspectiva, por otro lado, de que los gestores de estas plataformas, al igual que los de renta variable, son compañías privadas y que las instituciones públicas se limitan a velar, con mayor o menor fortuna, por su correcto funcionamiento. En este caso la supervisión recae en la CNMV.

Títulos líquidos y Nueva Rumasa. Este nuevo mercado no abarca todos los tÌtulos de renta fija puestos en circulación por las empresas. No es nada irrelevante esta básica apreciación, dada la cantidad de malentendidos surgidos entre el público ante la aparición de activos que no tienen la posibilidad de intercambiarse en un mercado organizado.

Por tanto, quedan fuera emisiones como la lanzada hasta el 23 de junio por Nueva Rumasa. La compañía de la familia Ruiz Mateos promete un interés anual del 10% para pagarés con vencimiento a dos años. Presenta en su publicidad como únicos avalistas solidarios a las firmas del grupo Clesa y Dhul, aunque no informa de las valoraciones de ambos negocios. La emisión de estos pagarés, que exige un mínimo de 50.000 euros de inversión, no está obligada a registrarse en la CNMV, pero su comercialización deberá hacerse a través de un intermediario al tratarse de una oferta pública y con publicidad, tal como recoge la normativa que entró en vigor el pasado 14 de abril. El colocador de los títulos deberá velar por la diligencia y la transparencia, así como por la idoneidad de la inversión para el cliente. Deberá dejar claro los riesgos y las caracterÌsticas de la emisión.

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