Lejos de resolver la prueba, la etapa reina del Tour de Romandía dejó aún más apretada la clasificación general. Con sólo una jornada por delante, hay catorce corredores en menos de un minuto y apenas diez segundos separan a los cinco primeros clasificados.

Aunque una escapada matinal -con presencia de Juanjo Oroz- animó de inicio los lluviosos 158 kilómetros entre Vevey y Chatel, la batalla de los hombres fuertes se reservó para el tramo decisivo, la ascensión al Courbier. Con demasiados frentes que atender, Michael Rogers se pegó a la rueda de Alejandro Valverde -que ya había tirado de bonificación para situarse a un solo segundo del líder- y no pudo evitar que Simon Spilak, primero con algunos compañeros, después en solitario, acelerase el ritmo.

El esloveno arribó destacado a línea de meta y ascendió a la tercera plaza de la general, cuyos hombres fuertes llegaron agrupados -con Antón y Zubeldia entre ellos-, a una veintena de segundos.

La quinta y última etapa cierra hoy un Tour de Romandía que puede llegar a decidirse por las bonificaciones. Los 121,8 kilómetros en las inmediaciones de Sion incluyen las ascensiones a tres puertos de Primera, Anzere, Crans-Montana y Ovrannaz, pero este último se sitúa a veinte kilómetros de meta.