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CRÓNICA Las «piras» a las clases de euskara

Patxi López descubre el año de 610 días o más

Mal en euskara y muy deficiente en matemáticas o ciencias naturales. El lehendakari salió ayer a la tribuna del Parlamento a tratar de quitar hierro a sus «piras» de las clases de euskara y dejó al desnudo el escaso aprovechamiento que, al parecer, hizo también de las de EGB.

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Iñaki IRIONDO

En una reciente entrevista en un semanal, le preguntaron a Patxi López sobre «¿qué tal lleva las clases de euskara?». Y su respuesta, «relajada», «coloquial» y con «sentido del humor», fue que «lo estoy estudiando, lo estoy estudiando. Yo es que soy de la Margen Izquierda, una zona donde no se ha hablado euskara nunca. Y el euskara es complicado. Además hago muchas piras». Y la periodista explicó: [ríe]. Pero la contestación, a muchos, no les ha hecho gracia.

Al PNV, porque no contribuye a prestigiar el euskara, que es una de las obligaciones del Gobierno. A UPyD, porque las «piras» son un despilfarro de dinero público. Y a Aralar, por una mezcla de ambas cosas.

Ayer había pleno de «control del Gobierno» y al lehendakari le tocó lidiar sobre la materia con Gorka Maneiro, de UPyD, y con Garbiñe Mendizabal, del PNV. A Mikel Basabe, de Aralar, habrá de contestarle por escrito. Le pregunta, en concreto, sobre el coste de sus clases, y bueno será que, para entonces, repase sus apuntes. No los de euskara, sino los de matemáticas y los de ciencias naturales (hoy, conocimiento del medio).

Resulta que Gorka Maneiro le reprochó que los contribuyentes de la CAV pagan «200 euros cada vez que usted tiene una clase de hora y media en euskara». Y le preguntó del porqué de «tan costoso aprendizaje» y si «no había alternativas más austeras».

36.600/60= 610

La respuesta de Patxi López fue «haga los cálculos bien, señor Maneiro, porque a mí me salen a 60 euros diarios, pero es lo de menos. Es decir, usted tiene que entender perfectamente que hay días que es imposible, por la agenda, que yo pueda asistir, que pueda tener un hueco para dar una clase de euskara, a no ser que de sea a las dos de la mañana. Y esas horas que pierdo las suelo recuperar, por eso he dicho que la media no es una hora y media al día, sino que suele ser bastante más».

No discutiremos que López recupere las horas perdidas, pero sí las cuentas que hace.

¿60 euros diarios? Veamos. El contrato que el Gobierno de Lakua tiene con Ulibarri Euskaltegia en 2010 para «formación en euskera del Lehendakari de Euskadi» es de 36.600 euros. Dividimos esos 36.600 euros por los 60 que, según López, cuesta cada clase diaria y salen 610 días. ¡Un año de 610 días! Y eso como mínimo. Que si tenemos en cuenta los festivos... Enorme descubrimiento que, sorprendentemente, pasó desapercibido para los parlamentarios y parlamentarias. El lehendakari reescribe las leyes de la naturaleza (o de las matemáticas) y ni desde los escaños del PSE le aplauden. Una pena.

Lo cierto es que Maneiro había hecho bien los cálculos. El contrato con Ulibarri Euskaltegia es del 1 de abril a 31 de diciembre de 2010. En ese periodo, sin puentes ni «piras», hay 183 días lectivos. Es decir, cada día nos cuesta, como dijo su socio de UPyD, 200 euros. Explica el lehendakari que sus clases son de hora y media pero, por motivos de agenda, no siempre a la misma hora, por lo que el profesor debe tener mayor disponibilidad.

«Vean más `Vaya Semanita'»

López no entiende el alboroto que han causado sus declaraciones, «que se hicieron en un lenguaje coloquial, y con las que no pretendía, de ninguna manera, mostrar desinterés ni alejamiento del euskara, sino explicar lo complicado que resulta en ocasiones compaginar las responsabilidades de mi cargo de lehendakari, con las clases diarias de euskara». Y se lamenta de que «pese al esfuerzo que hacemos algunos para rebajar la tensión política, pues no todos saben o no quieren diferenciar un comentario coloquial de una declaración oficial».

En todo caso, ayer aclaró que sus piras «no son muchas», pese a lo que dijo en la entrevista. Y concluyó pidiendo a Maneiro que «no se preocupe, al día siguiente siempre llevo el justificante de mis padres».

Por contra, Garbiñe Mendizabal no encuentra qué punto distendido o coloquial pueden tener estas cosas ni decir, como hizo, que «al cirujano se le puntúa más por saber euskara que por saber operar» o que «en la Margen Izquierda nunca se ha hablado euskara»,

López le pidió que reconozca el esfuerzo de quienes intentan, como él, aprender euskara de mayores y cerró el debate con un consejo: «Es una pena que hayan perdido el sentido del humor y del lenguaje coloquial. Yo le recomendaría que vea más `Vaya Semanita' y que se relaje un poco, que nos vendrá a todos muy bien».

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