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«Apoyo, cariño y sentimiento de orgullo» desde Baiona a las cárceles

Centenares de manifestantes reclamaron, ayer, en las calles más céntricas de la capital labortana «el respeto de todos los derechos de los presos». Tuvieron un recuerdo especial para los aislados, enfermos, encarcelados a pesar de haber cumplido la condena y también para todos sus familiares, de quienes destacaron su «determinación». Reiteraron el compromiso de seguir luchando por sus derechos «con las armas más poderosas: la solidaridad y la dignidad».

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Arantxa MANTEROLA

Entre las numerosas iniciativas en apoyo a los presos políticos vascos en lucha, la manifestación celebrada ayer en Baiona, reunió a cerca de ochocientas personas que recorrieron las calles de la capital labortana exigiendo el respeto de todos sus derechos y su repatriación a Euskal Herria.

Dos grandes pancartas en las que se leía en euskara y en francés dicha exigencia, portadas por miembros de Askatasuna y familiares de prisioneros, abrían la marcha. Tras ellos, decenas de manifestantes, que blandían sendos paneles con las fotos de presos políticos dispersados en los dos estados, formaron dos largas filas que guiaron al grueso de la marcha por las calles más céntricas.

Otra gran pancarta que tachaba a Alliot-Marie y a Rubalcaba de «responsables-culpables» destacaba en medio de la marcha, en la que no faltaron los lemas reivindicativos habituales, tales como «Los presos en lucha, nosotros también», «Euskal presoak etxera!» o «La represión no es la solución».

Entre los participantes podía verse a representantes de Batasuna, EA, AB, Segi, Autonomia kolektiboa; de los sindicatos LAB y ELB, así como de movimientos sociales y de defensa de los derechos humanos como Askatasuna y Anai-Artea.

Fotos de Anza y Arregi

Cuarenta minutos más tarde, la marcha alcanzaba la plaza del ayuntamiento, donde fueron acogidos al son de la txalaparta y por los bertsos de dos jóvenes bertsolaris. Dos grandes retratos de Jon Anza y de Joxepa Arregi, respectivamente, resaltaban junto al atril donde los portavoces de Askatasuna tomaron la palabra.

Alternando el euskara y el francés, Anaiz Funosas y Fran-çoise Gallois recordaron que, «si bien todas las semanas se dan nuevos casos de represión, son los presos quienes, en primera línea, reciben los golpes más duros».

Añadieron que «además de encontrarse encerrados en penosas condiciones; además de tener que hacer frente a los agravios, agresiones y chantaje de los carceleros, se les aplican medidas de excepción como la dispersión, el alejamiento, los obstáculos para comunicar, los malos tratos y la persecución de sus familias y allegados».

Aun reconociendo la imposibilidad de mencionar a todos los fallecidos, tuvieron un recuerdo especial para la que fuera presidenta de Etxerat, Joxepa Arregi, así como para la familia de Jon Anza, de quienes destacaron su «determinación y dignidad».

Citaron expresamente a los presos con graves enfermedades, a los aislados, a los que llevan más de 20 años como Unai y Jon Parot, Txistor Haranburu, y Jakes Esnal, y también a Joxe Mari Sagardui, quien el próximo mes de julio cumplirá 30 años encarcelado.

Abrazos y ánimos

Enviaron un abrazo, asimismo, a los abogados detenidos recientemente y, en especial, a los que permanecen en prisión «por defender a los presos y refugiados políticos vascos».

«A pesar de todo este sufrimiento -prosiguieron- y de años de aislamiento, de `tortura blanca', de castigos, traslados y condenas perpetuas», los dos portavoces resaltaron el hecho de que los presos políticos siguen «en pie y luchando», momento en el que, entre una gran ovación de los congregados, manifestaron «el apoyo, la solidaridad, el cariño y el sentimiento de orgullo» que les suscita el colectivo.

Dirigiéndose a Nicolas Sarkozy, a Alliot-Marie y «a quienes localmente encubren sus crímenes», aseguraron que «un día u otro se verán obligados a abandonar las vías represivas para tomar las de la verdadera democracia».

Antes de finalizar con el canto del «Eusko gudariak», reiteraron su compromiso de continuar luchando por los derechos de los presos políticos vascos mediante las «armas más poderosas, que son la dignidad y la solidaridad».

PRIMER PASO

Subrayaron que como primer paso en el camino de la «verdadera democracia», París debe reconocer el «carácter político del conflicto, que los presos son consecuencia del mismo y que , por lo tanto, deben tener el estatus de presos políticos».

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