El PNV atrajo ayer al Baluarte de Iruñea a unas 200 personas para celebrar su centenario en Nafarroa, en un momento histórico de incertidumbre sobre su política de alianzas después del acuerdo firmado por EA y Aralar, un acuerdo que los jelkides atribuyen a la influencia externa de la izquierda abertzale.

Tanto Iñigo Urkullu, líder del EBB, como José Ángel Aguirrebengoa, máximo mandatario del Napar Buru Batzar, afirmaron que siguen apostando por Nafarroa Bai, pero en sus coordenadas anteriores y no en las pactadas ahora por EA y Aralar, que entre otras cosas sustituyen la representación paritaria anterior por un sistema proporcional. Además, el PNV reclama que cualquiera de los cuatro socios actuales pueda vetar las sinergias con otras formaciones. Y todo ello en un momento en que EA y la izquierda abertzale firmarán hoy un acuerdo estratégico de alcance nacional.

Urkullu se quejó de que haya «quienes por razones que serán legítimas, pero suyas, propias, revisten nuevos objetivos para que desde Nafarroa Bai se coloque en un `ez' al PNV».

Por su parte, Aguirrebengoa definió a la coalición de los cuatro partidos como «la mejor herramienta que los abertzales y vasquistas han tenido en Navarra». Dijo que fue una «apuesta exitosa en 2007», en alusión a los resultados electorales cosechados en las elecciones autonómicas de entonces, y reclamó que su apuesta es «inequívoca a favor de esa Nafarroa Bai».

Junto a ello, Iñigo Urkullu se refirió a los movimientos provocados por la iniciativa de la izquierda abertzale y dejó en evidencia la incomodidad del PNV. «Si otros, sean el PSOE, Batasuna, plataformas o quienes sean, se sienten a gusto jugando y especulando con la paz y el futuro político de este pueblo, nosotros no», manifestó.

Tras el cruce de palabras protagonizado el viernes por dirigentes del PSE como Jesús Eguiguren y Patxi López, y en vís- peras del acto de hoy en el Palacio Euskalduna, Iñigo Urkullu dijo que lo mínimo que se puede exigir es que «dejen de pasearse por los medios de comunicación y que si existe una oportunidad para la paz, se materialice».

En su intervención Urkullu incidió en que «las cuestiones políticas deben ser dialogadas, negociadas y resueltas únicamen- te entre los representantes legítimos de la voluntad popular» y relcalcó que «el pueblo vasco no quiere violencia ni intromisiones, quiere la paz».