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SEGUNDA La Real se despidió de la categoría con una mala imagen y una goleada que pudo ser aún más abultada

Sólo Molina aprovechó el trámite

El delantero del Elche fue el único jugador que se lució en la despedida de la temporada al marcar los cuatro goles de su equipo para asegurarse el pichichi de Segunda División. El debut de Illarramendi y Albistegi, lo único reseñable de una Real plagada de suplentes.

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REAL SOCIEDAD 1

Joseba ITURRIA | ELCHE (enviado especial)

La Real se despidió de la Segunda con un partido que se tomó como un trámite que sólo fue aprovechado por Jorge Molina para marcar los cuatro goles de su equipo y asegurarse el pichichi de la categoría con 26.

No era fácil para el equipo guipuzcoano afrontar el encuentro tras una semana en la que se ha pasado más tiempo dando saltos en el autobús de la celebración del ascenso que en Zubieta. Si a la cantidad de fiestas y festejos se suma que la Real alineó un equipo plagado de suplentes se corre el peligro de vivir un partido como el de ayer.

Es verdad que el trámite sobraba en una competición que ya es insoportable por naturaleza por sus 42 partidos repartidos en 43 fines de semana que resultan eternos para todos, pero más para una plantilla que ha tenido que soportar tanta presión como la realista. Si además no hay nada en juego tras lograr el objetivo es difícil mentalizarse, pero cuando se defiende la camiseta de la Real hay que dar mucho más y evitar esa mala imagen y este tipo de goleadas.

Y la actitud de los realistas está menos justificada porque más de la mitad de los jugadores que componían el once realista no saben donde van a jugar la próxima temporada y no pueden desaprovechar ninguna oportunidad. Ayer tenían una que no era la mejor, pero algunos debían haber salido con la mentalización adecuada para aprovechar su única opción de demostrar que podían haber jugado más y de llamar la atención de cara al futuro.

Tampoco Lasarte estuvo muy acertado al dejar a Borja Viguera sin la oportunidad de jugar un partido de inicio cuando ha sido un jugador que se ha entrenado muy bien todo el año. ¿Qué sentido tiene que jugadores que no van a seguir en la Real jugaran ayer y que uno que tiene contrato no disfrutara de ningún minuto cuando sólo ha jugado 21 en toda la temporada? Ninguno.

Los pocos que intentaron aprovechar su oportunidad fueron los dos jugadores del Sanse que debutaron. Asier Illarramendi jugó de inicio y fue de los que menos mal lo hizo, pero el mutrikuarra no ha terminado bien la temporada físicamente y tampoco le ayudó todo lo que le rodeaba ayer. Alex Albistegi, que ha acabado mucho mejor en el filial, salió cuando peor estaba su equipo y, aunque empezó bien, se diluyó en el juego triste de todo su equipo. Y con decir que sin hacer nada su presencia fue lo más reseñable de los realistas queda todo dicho.

Oportunidad desaprovechada

Desde el primer minuto se vio que el partido iba a ser un trámite en el que los jugadores que tenían la oportunidad de reivindicarse no la iban a aprovechar y si se mantuvo la igualdad en el marcador fue porque en el GPS de Perera no aparecía la dirección de la meta realista.

Sólo Illarramendi luchó en su debut con el primer equipo para demostrar que varios de los medios centros que tiene el club blanquiazul en sus dos primeros equipos puede hacer el juego de Diego Rivas, cortar el balón desde una posición ideal para ello por delante de los centrales y ante jugadores que tienen poca calidad y velocidad como los que hay en Segunda.

Los demás se limitaron a cumplir con el expediente. Tampoco hizo mucho más el Elche, pero Jorge Molina jugó más motivado que nadie para asegurarse el pichichi de Segunda y antes de marcar su gol ya tuvo una oportunidad. Además Perera disfrutó de tres ocasiones en las que estuvo desafortunado.

La Real no hizo absolutamente nada en ataque en el primer tiempo. Ni llegó a lanzar un corner. Sólo se puede contabilizar un remate de Nsue que había sido anulado con anterioridad por estar en fuera de juego.

Por eso lo único que llamaba la atención era lo que pasaba en la grada, donde varios centenares de aficionados realistas que habían reservado su semana de vacaciones en la costa alicantina por si la Real se jugaba ayer el ascenso se acercaron al Martínez Valero para que su equipo jugase casi en terreno neutral.

Porque en el Elche sólo daban la nota unos pocos aficionados que desplegaron un bandera española gigantesca y que saludaron a la Real con un ¡Arriba España! Luego desplegaron una pancarta en la que se podía leer: «Plantilla, directiva. No más ridículos. Respeto a la afición» al tiempo que cantaban: «A Primera de una puta vez, ni Segunda ni Segunda B». Y eso que el Elche ha completado una de las mejores temporadas de su historia reciente. Menos mal...

Cuatro goles en la continuación

Más dio de sí, por desgracia, el segundo tiempo, que en los dos primeros minutos ofreció las jugadas claves del partido. En la primera Nsue recogió un centro de Illarramendi libre de marca y remató muy mal fuera en una clara situación. En la jugada siguiente Jorge Molina sentenció el partido y el Pichichi.

Porque, aunque Nsue recortó distancias, la Real acabó entregada ante un Elche que se jugaba lo mismo que los guipuzcoanos y consiguió marcar cuatro goles, todos por mediación del pichichi. Pudo lograr algunos más porque los últimos minutos del partido resultaron intolerables por parte de la Real. Cierto es que el partido no tenía ninguna importancia, pero tampoco la tenía para el Elche y casi había tantos aficionados locales como realistas y no se puede dar una imagen tan triste.

Lasarte: «Dije a los jugadores que, aunque no lo parezca, siempre se juegan algo»

Cuando a Martín Lasarte se le planteó si lo que hicieron ayer algunos jugadores poco habituales puede pesar en las decisiones que se tomen con ellos en el futuro, respondió que «todo cuenta siempre. Se lo dije a ellos antes de empezar. Hay partidos en los que parece que no se juega nada, pero siempre se juegan cosas. A veces hay una pequeña duda entre uno y otro y te quedas con una sensación y la última es la de hoy y estas cosas cuentan».

Porque no compartía la opinión de un periodista local, que le planteó de entrada que la de ayer era «una derrota dulce tras lograr el ascenso». Le respondió que «no existen las derrotas dulces. La tarea a realizar se había completado y bien y esa ha sido la explicación de nuestro rendimiento. Ha sido una semana intensa de emociones, de festejar, divertirse y liberar la ansiedad que había atenazado el grupo. Pero eso no es una excusa. Estuvimos lejísimos de lo que habitualmente hacemos».

Añadía que «siempre hemos ganado, empatado y perdido todos. Era un partido difícil. No nos preparamos con normalidad ni venimos con el equipo titular porque hubo lesiones y jugadores importantes cansados. Para algunos era necesario acumular días de descanso. Es lo que hay, pero uno no se puede ir contento aunque a nivel contable los números y el balance nos da bueno más allá de este partido».

De Illarra y Albistegi dijo que «es una situación complicada. No me gusta que los chicos debuten en partidos que se pueden perder, pero hay que perder de otra manera. Lo importante es que sumaran minutos, que tuvieran alguna oportunidad, pero no es justo valorarles hoy».

Joseba ITURRIA

Vacaciones hasta el regreso del 17 de julio a Zubieta

La Real regresó anoche tras el partido en vuelo charter y los jugadores blanquiazules tendrán vacaciones hasta el 17 de julio. Se espera que esta semana se comuniquen oficialmente las bajas y los jugadores con los que se cuenta a partir de esa fecha. La Real jugará un partido amistoso contra el Aviron Bayonnais el 31 de julio en Hendaia, a las 18.30. Es el primer partido de la pretemporada que se ha conocido a falta de confirmación oficial de la Real.

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