El presidente español , José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer frente a las críticas de la oposición parlamentaria su presidencia semestral de la Unión Europea (UE), que calificó de «satisfactoria» a pesar de las «difíciles circunstancias» que han hecho tambalearse el euro y han señalado al Estado español como uno de sus eslabones débiles.

La oposición denunció la «intervención» de la economía, pero Zapatero sostuvo que «seis meses después, el prestigio de España está a salvo».

La «desmesurada» ambición de la Presidencia española, en palabras de la oposición, se vio sumergida por la crisis del euro que obligó a Rodríguez Zapatero a realizar una amarga cura de austeridad que le ha debilitado políticamente.

Zapatero compareció ante el pleno del Congreso español para informar de las conclusiones del Consejo Europeo de la pasada semana y repasar los principales logros de sus seis meses al frente de la Presidencia de la UE, que concluyen el 30 de junio.

Aseguró que durante este período el Ejecutivo se ha sentido «útil» y ha constatado el «firme» apoyo que han dado al Estado español las instituciones europeas y el resto de socios de los Veintisiete a las medidas adoptadas frente a la crisis.

Frente a ello, el líder del PP, Mariano Rajoy, criticó que Zapatero termine ese mandato europeo dejando al Estado español con la economía intervenida y en situación de «protectorado» y la mayoría de resto de portavoces le reprocharon que el Estado haya estado a merced de los mercados y de Alemania y los pobres resultados obtenidos.

Rajoy lamentó que no se haya logrado uno solo de los objetivos previstos y ha calificó el semestre «de bajo nivel, deslucido y de gestión política mediocre». Zapatero sólo se quejó de la suspensión de la cumbre con EEUU y la de la Unión por el Mediterráneo, así como su fracaso al no lograr cambiar la posición común de la UE sobre Cuba.