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CRÓNICA Protesta en el Arenal

Besos a pleno sol para reivindicar que la calle es un espacio de convivencia sin represión

Una «besada» masiva a pleno sol en el céntrico paseo del Arenal sirvió ayer para expresar la oposición de una parte importante de la ciudadanía de Bilbo a la ordenanza sobre espacio público impulsada por PNV y EB. Vecinos ocuparon la calle para reivindicarla como «espacio de convivencia» frente a la represión.

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Agustín GOIKOETXEA

Bajo un sol de justicia, que animaba a protegerse bajo una sombrilla o la copa de un árbol, cientos de personas quisieron ayer dejar en evidencia el carácter represivo de la normativa aprobada por el Consistorio bilbaino. Frente a la pretensión del alcalde de que los vecinos dejen en casa patines, bicicleta o una simple cometa, o que eviten comer y beber en la vía pública, y qué decir de los actos de marcado «carácter íntimo y personal», un grupo de ellos reivindicó la calle como «espacio de convivencia, espacio de vida».

Desde las 11.30, El Arenal se convirtió así en escenario improvisado para la confección de cometas, que luego volaron, y lugar para tocar música. Tampoco faltó quien se trajo la canasta para mejorar su baloncesto, los que pusieron sus puestos para divulgar su lucha en defensa del medio ambiente o los que simplemente, por invitación de Bilboko Konpartsak, degustaron txistorra y sidra. Entre patinadores y vendedores ambulantes, los hubo que plantaron la toalla y la sombrilla para «aprovechar» la jornada bochornosa.

Mientras llegaba la hora del acto central de la protesta, la «besada popular», los hubo que firmaron la alegación de la plataforma ciudadana «Kalea guztiona da» contra la ordenanza; ya tienen más de 3.000 apoyos y avanzaron que los entregarán el 5 de julio en el Ayuntamiento. «La nueva Ordenanza del Espacio Público, o la `ley de vagos y maleantes' del siglo XXI, regula todo lo que puedes y no puedes hacer en la villa -advertían en una hoja-. Deja en casa patines, cometa, bici y todo accesorio que pueda molestar en esta ciudad escaparate. Acostúmbrate a oír sólo el ruido del tráfico».

Tras reclamar a los presentes que salieran «de la sombra, del armario», una portavoz de la iniciativa social animó a expresar la afectividad en plena calle para así «reivindicar que esta ordenanza nos mete en el armario». Fue un primer intento semifallido, pues hubo que repetir tras regañar a los presentes, diciendo que había «mucho mirón y poco beso. Si no se besa, cómo se va a follar», añadió una de las integrantes de «Kalea guztiona da», en referencia a las multas de 750 euros por «realizar prácticas sexuales públicas y notorias». Por el momento, el Consistorio no ha recaudado nada, pero EHGAM le ha otorgado la Alpargata de Trapo con motivo del 28 de junio, por su postura contra la afectividad en público.

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