Fabian Cancellara disipó cualquier duda que se podía tener sobre su potencia. Se le rodeó de la sospecha tras sus exhibiciones en las clásicas del Tour de Flandes y París Roubaix, al insinuar que había utilizado una bicicleta con un motor incorporado. El suizo estaba muy molesto con ello y ayer salió motivado para imponerse con rotundidad en la prólogo de Rotterdam y ceder luego su bici al scanner para demostrar que el único motor es el que mueve su organismo.

La UCI había decidido actuar ante las sospechas levantadas tras aparecer una bicicleta con motor en Hungría y para acabar con los rumores sobre lo que se denominó «dopaje mecánico» del que se insinuaba que podía estar implicado Cancellara. Así decidió establecer por vez primera en el Tour un scanner para analizar las bicicletas al término de todas las etapas. Al llegar los primeros o los elegidos para ese día se les coloca una cinta a modo de precinto en el cuadro y se lleva a examinar al scanner.

El suizo estaba indignado porque se cuestionaban sus victorias y esa rabia le llevó a superar con amplitud un tiempo que parecía muy difícil de batir. Tony Martin salió de los primeros, cuando la lluvia acababa de empezar a mojar la carretera, y puso un listón muy alto. Los favoritos no pudieron ni acercarse al tiempo del alemán. Millar era el que más cerca se había quedado a diez segundos, que fue justo el tiempo en el que Cancellara superó a Martin.

«Es una bicicleta, no una moto»

Luego el suizo dejó su bicicleta para que se la analizaran en el scanner bajo la atenta mirada de su director, Bjarne Riis, que recordaba que «esto es una bicicleta, no es una moto». El scanner la examinó y determinó que el motor no estaba en ella, sino en la potencia de un corredor que ha ganado tres oros en el campeonato del mundo contrarreloj (2006, 07 y 09) y uno en los Juegos de Beijing (2008).

Además la de ayer es la cuarta crono inicial del Tour en la que se imponía, tres prólogos y la contrarreloj del año pasado en Mónaco. Pero por encima de todos esos logros destaca la forma insultante en la que este año ha ganado el Tour de Flandes y la París Roubaix. Habrá que ver si el martes el suizo quiere volver a demostrar en los tramos de pavés con el maillot amarillo que tampoco su bicicleta normal de carretera lleva motor.

Bjarne Riis ordenará defender el maillot de su líder con más motivo que nunca porque ya da por perdidos a los Schleck para la próxima temporada y Cancellara es el mejor reclamo que le queda para encontrar un sponsor para el futuro. Los hermanos luxemburgueses fueron los grandes derrotados de la prólogo. A pesar de que el trazado no ofrecía espacio para marcar diferencias, la lluvia apareció una hora antes de su inicio y muchos favoritos prefirieron evitar riesgos como los que llevaron a Frank (BMC) y Cardoso (Footon) a caerse y acabar muy tocados.

Grandes especialistas como Wiggins, Menchov y Vandevelde perdieron un minuto con Cancellara, como Frank Schleck, Sastre, Samuel o Basso.

Pero el que más perdió fue Andy, que cedió 47 segundos con Armstrong y 45 con Contador. Ellos dos fueron los grandes favoritos beneficiados de la prólogo, junto a Leipheimer, Klöden, Kreuziger y Evans.

Erviti, el mejor vasco

Entre los vascos, Imanol Erviti fue el mejor dentro de un flojo tono colectivo al ocupar el puesto 71 a 55 segundos de Cancellara. Sin Valverde en el equipo, el corredor navarro tendrá opciones de luchar por victorias parciales, un objetivo que puede estar a su alcance, tal y como demostró con su triunfo de etapa en la Vuelta en 2008.

El pelotón dejará Holanda hoy con una etapa llana de 215 kilómetros y meta en Bruselas. Será una jornada peligrosa si llueve porque todos los corredores están a tope de fuerzas y muchos querrán estar adelante para evitar cortes que se pueden producir con el viento que sopla en la zona que los holandeses han recuperado al agua a base de diques y puentes. En ese terreno se teme que se pueda producir una caída y al final se espera un sprint masivo.